México se prepara para la tercera edad con proyectos senior living centrados en la salud y el confort
Ciudad de México, 23 de julio de 2025.- El modelo senior living está transformando la manera en que se diseñan los espacios habitacionales para personas mayores en México. Se trata de comunidades residenciales especialmente concebidas para ofrecer un entorno seguro, servicios médicos continuos y una vida social activa, donde la arquitectura contribuye a preservar la autonomía de los residentes sin aislarlos. A diferencia de enfoques tradicionales, estos desarrollos priorizan ambientes cálidos, accesibles y funcionales, en los que el diseño arquitectónico tiene un papel determinante en la calidad de vida.
El avance del envejecimiento poblacional en México ha incrementado el interés por soluciones habitacionales que respondan a las necesidades físicas, emocionales y sociales de los adultos mayores. Es por lo anterior que el modelo de senior living ha evolucionado combinando autonomía, atención especializada y diseño consciente. De acuerdo con cifras del INEGI, actualmente más del 12% de la población mexicana tiene 60 años o más y para el año 2050, se estima que más del 25% de la población pertenecerá a este grupo, lo que equivale a más de 35 millones de personas. Además, del total de personas mayores, aproximadamente 15.4 millones, cerca de 1.7 millones viven solas.
La arquitectura de los desarrollos senior living parte de la premisa de que el diseño no debe ser únicamente funcional, sino también emocionalmente significativo. Estos espacios están pensados como hogares, no instituciones. Se priorizan materiales cálidos, iluminación natural, espacios privados, ambientes que fomentan la convivencia entre otros. A diferencia de los entornos clínicos, estos desarrollos ofrecen habitaciones privadas adaptadas, jardines interiores, terrazas accesibles y áreas comunes acogedoras que estimulan la autonomía, reducen la ansiedad y mejoran la experiencia diaria del residente. Cada elemento arquitectónico se diseña con base en principios de accesibilidad universal, pero sin que la funcionalidad genere una estética hospitalaria.
La atención médica es un componente esencial de estos proyectos, no solo desde la operación, sino desde la concepción arquitectónica. Los desarrollos incluyen consultorios, estaciones de enfermería discretas, rutas internas para personal clínico y áreas específicas para cuidados temporales, garantizando un entorno seguro y digno para las personas mayores.
Además de infraestructura visible, estos espacios están diseñados para incorporar soporte tecnológico a través del uso de analíticas que permiten planificar y distribuir los recursos y servicios de manera eficiente. Las actividades cotidianas, los horarios de sueño, los momentos de convivencia, los periodos de alimentación y las visitas familiares están estructurados con base en análisis previos y seguimiento estadístico, lo que permite una operación organizada y ajustada a las necesidades reales de los residentes.
La información sobre estados de salud también se considera en la organización de los espacios, atendiendo tanto a situaciones críticas, medias o estables, con áreas diseñadas para responder a diferentes niveles de cuidado sin afectar la vida diaria del resto de la comunidad. Estas analíticas permiten además distribuir los flujos de personas dentro del complejo, por ejemplo, previendo áreas amplias para celebraciones familiares como cumpleaños o reservando espacios privados en las unidades para momentos más tranquilos, especialmente durante los fines de semana.
Los criterios de inclusión y accesibilidad están profundamente incorporados al diseño arquitectónico. Estos desarrollos consideran de manera integral las distintas capacidades físicas y sensoriales que pueden presentar los adultos mayores. El diseño se adapta para personas con movilidad reducida, disminución de la visión, problemas auditivos o deterioro cognitivo, eliminando barreras y creando espacios con propósito.
"En los proyectos de senior living, cada elemento arquitectónico se justifica desde la funcionalidad, priorizando un entorno donde todas las personas puedan moverse con libertad y seguridad, sin importar las limitaciones que enfrenten", comenta Gerardo Cázares, Director de Desarrollo de Negocio de Page en México, empresa global de arquitectura, ingeniería y diseño estructural.
Por su parte Javier Gutiérrez, Director de Proyectos y Desarrollos de JLL México afirma: "El modelo senior living no se trata únicamente de edificar, sino de crear comunidades que favorezcan el bienestar integral de las personas. La arquitectura tiene la capacidad de transformar la experiencia de vida en la vejez, ofreciendo entornos cálidos, accesibles y seguros, donde la atención médica y la convivencia social conviven de manera natural. Esto representa un avance importante en México, especialmente ante la creciente demanda que plantea el cambio demográfico".
Además de las áreas visibles, la arquitectura también contempla espacios de back of house indispensables para una operación integral. Estos incluyen salas discretas para emergencias médicas, cocinas funcionales, lavanderías, zonas de almacenaje, áreas de mantenimiento y cuartos técnicos que permiten mantener los servicios básicos como electricidad, plomería y climatización sin interferir con la experiencia del residente.
Otro aspecto relevante en el desarrollo de estos proyectos es el cumplimiento normativo. Estas comunidades, al ofrecer servicios médicos, deben cumplir con certificaciones y regulaciones equivalentes a las de un hospital. Requieren autorización y vigilancia de autoridades sanitarias como la Cofepris, además de cumplir con los reglamentos locales de construcción y operación para edificios habitacionales y de atención médica. Esta regulación garantiza que los espacios cumplan estándares de seguridad, salubridad y funcionalidad adecuados para la población adulta mayor.
Diversas ciudades del país, como Guadalajara, Monterrey, Querétaro, Puebla y la Ciudad de México, ya registran el desarrollo de comunidades senior living bajo estos principios arquitectónicos y operativos. Firmas especializadas, en colaboración con expertos en sector salud y despachos de arquitectura, están diseñando entornos que se adaptan al envejecimiento de forma natural, con criterios de sustentabilidad, integración urbana y eficiencia energética. Las proyecciones demográficas, junto con la necesidad de alternativas habitacionales para personas mayores que buscan independencia y atención integral, refuerzan la urgencia de ampliar este tipo de proyectos en el país.
"El futuro del senior living está en analizar cómo se van a retirar los millennials y la generación Z, para preparar la infraestructura y como modelo de negocio se empiece a invertir en esos proyectos", finaliza Gerardo Cázares.