El Hijo del Santo anuncia su gira de despedida: el adiós de una leyenda de la lucha libre
Tijuana, 1 de Noviembre. - El legendario luchador mexicano El Hijo del Santo, heredero del ícono más grande de la lucha libre nacional, anunció su gira de despedida tras más de cuatro décadas de trayectoria sobre el cuadrilátero, con funciones en Monterrey, Guadalajara y Ciudad de México.
En una conferencia de prensa ofrecida en la capital, el gladiador de la máscara plateada confirmó que la serie de combates, titulada "El Santo Adiós Tour", marcará su retiro definitivo de los encordados, poniendo fin a 43 años de carrera profesional.
"No me retiro porque haya perdido la pasión; me retiro porque quiero cerrar mi historia con dignidad, con el corazón en alto y con la máscara intacta", expresó visiblemente emocionado.
La gira comenzará el 29 de noviembre en Monterrey, continuará el 6 de diciembre en Guadalajara y culminará el 13 de diciembre en el Palacio de los Deportes de la Ciudad de México, recinto emblemático donde el luchador promete una noche "inolvidable" para sus seguidores.
Durante su carrera, El Hijo del Santo —cuyo nombre real ha sido cuidadosamente resguardado, siguiendo la tradición familiar— se consolidó como uno de los grandes embajadores de la lucha libre mexicana, combinando el legado de su padre, El Santo, el Enmascarado de Plata, con su propio estilo técnico y su activismo en causas sociales y ambientales.
Con múltiples giras internacionales, apariciones en cine y televisión, y una trayectoria que lo llevó a enfrentarse a leyendas como Blue Demon Jr., Negro Casas y La Parka, su figura trascendió el deporte para convertirse en un símbolo de la cultura popular mexicana.
El luchador de 62 años aseguró que la decisión de retirarse responde al deseo de preservar su salud y cerrar su carrera en plenitud física y emocional.
"Me voy agradecido con la vida, con la afición y con el legado de mi padre. La máscara seguirá viva, pero ahora desde otro escenario", dijo.
Con su adiós, la lucha libre mexicana se prepara para despedir a uno de sus últimos grandes ídolos, marcando el fin de una era que comenzó en los años ochenta y que mantuvo viva la leyenda del Enmascarado de Plata para nuevas generaciones.