Asesinato en Manhattan

Sociedad y derecho.

La noticia que ha conmocionado a los Estados Unidos de América y, llamado la atención de gran parte del mundo, fue el reciente asesinato de Brian Thompson, CEO de la United Health Care, la mayor aseguradora privada de salud de ese país, llevado a cabo presuntivamente por el joven Luigi Mangione.

Lo llamativo del hecho consiste seguramente, en que el homicidio haya sucedido en el centro de Manhattan y a plena luz del día, sin perder de vista que la víctima era una persona muy importante en el mundo empresarial y social de ese país. Pero, sobre todo, por el perfil del presunto homicida.

No se trata del típico personaje devastado, vencido, ignorante, harapiento o drogadicto, sino de un joven de escasos 26 años, perteneciente a un sector privilegiado de la sociedad, clase media, tez blanca, quien además habría sido un brillante estudiante y dueño de un futuro prometedor.

Se dice que los motivos del presunto asesino que detonaron este crimen fueron la omisión, demora y negativa de cubrir gastos médicos por parte de dicha compañía aseguradora, lo que ocasionó que sus abuelitos fallecieran, esto por negligencia y, que él mismo, no fuera atendido de una dolencia en base a los mismos argumentos.

La realidad es que aún no se sabe con certeza si Mangione fue el homicida y menos las motivaciones que lo hicieran cometer dicho crimen, seguimos en terreno especulativo, sin embargo, esto nos da la oportunidad de analizar la situación desde la perspectiva de la Ciencia del Derecho.

Veamos, todo análisis que se preste de serlo debe iniciar por el principio, por el origen de la figura o situación a abordar.

Por lo que tendremos que retroceder a los primeros homos sapiens, quienes advirtieron, en la convivencia grupal, la solución a la necesidad de su supervivencia.

Una de las razones fundamentales por las que los seres humanos empezamos a aglutinamos en grupos para vivir en comunión, fue la búsqueda de seguridad.

De esta manera aumentábamos nuestras probabilidades de conseguir alimentos y protección en contra de ataques de animales salvajes. Pero también nos dimos cuenta de que al estar unidos lográbamos algo que de ninguna otra manera podríamos haberlo hecho, "ayuda mutua en momentos de necesidad".

A ver, los primeros humanos podían, ellos solos sin ayuda de nadie, conseguir comida y protegerse de las bestias, si bien, más limitados que si estuvieran en grupos, pero podían hacerlo.

En cambio, ser auxiliados por alguien más en momentos en que por situaciones de incapacidad generadas por enfermedad, accidentes o incluso vejez, fueran incapaces de valerse por sí mismo, eso apenas perteneciendo a un grupo solidario. No había de otra.

De ahí la importancia, relevancia y absoluta necesidad del ser humano de conformar sociedades con el objetivo primordial de ayuda recíproca, lo que se llama ahora seguridad social.

Los primitivos y pequeños grupos de personas han evolucionado hasta los sofisticados esquemas de las naciones de hoy en día, pero sin perder su esencia de asistencia solidaria.

La atención médica oportuna y de calidad continúan siendo una de las mayores primicias de toda sociedad que, acompañada de una seguridad pública profesional y efectiva garantizarán, sin duda alguna, el éxito de cualquier Estado, en eso que es su objetivo primario, el cuidado y protección de sus habitantes.

Y en cambio, el incumplimiento de estas premisas podría ocasionar, como aparentemente es el caso de Luigi Mangione, los más indómitos rencores y resentimientos, al grado de llevar a una persona común a cometer los más viles de los crímenes que, de ninguna manera encontraran justificación ni atenuantes en una sociedad civilizada y obediente del Estado de Derecho, pero que nos debe de servir de advertencia de lo que puede llegar a pasar en situaciones similares.

Como siempre un placer saludarlo, esperando que estas pocas palabras hayan sido de su agrado y, sobre todo, de utilidad ¡Hasta la próxima!