Cita con Clío

FRASE. “El primer método para estimar la inteligencia de un gobernante es mirar a las personas que tiene a su alrededor.” Nicolás Maquiavelo.

“TRES SACUDIDAS SÍSMICAS ATERRORIZAN A LOS HABITANTES DE CALIFORNIA. Los Angeles, Junio 3.- Informes de tres terremotos severos que se reflejaron en muertos y heridos, de al menos quince personas y una considerable pérdida de propiedades por incendios en varias ciudades del Valle Imperial, sismos que abarcaron varios cientos de millas cuadradas, interrumpiéndose la comunicación telefónica y telegráfica.

El mayor daño fue en Calexico, en la línea fronteriza mexicana, donde ocurrió la pérdida de vidas.

Se decía que prácticamente todos los fallecimientos ocurrieron en Mexicali, un pequeño pueblo de casas de adobe que consta principalmente de salones, casinos y otros centros turísticos no permitidos en el lado estadounidense que se encuentra al otro lado de la calle en Calexico.

Los primeros informes desde allí indicaron que la ciudad había sido destruida por un gran incendio, pero los empleados de la compañía de teléfonos de El Centro, se comunicaron por cable e informaron que los incendios estaban confinados en tres edificios.

Muchos edificios en Calexico fueron destruidos. Los empleados del edificio de teléfonos huyeron después del primer sismo que ocurrió a las 19:20 p.m., y fue seguido por dos más a las 20:40 y a las 21:20 p.m. En Yuma, Arizona, San Diego y San Bernardino, California, también se sintieron esos dos movimientos telúricos. Heber, una ciudad ferroviaria a cinco millas al oeste de El Centro, fue reportada destruida por un incendio. En Imperial, varios edificios se destruyeron, pero no hubo heridos”.  

CONOCIENDO NUESTROS ORÍGENES. Miguel Alemán Valdés. Presidente constitucional, diciembre 1º de 1946 a noviembre 30 de 1952.

 Su aspecto juvenil y su sonrisa se convirtieron en símbolo de su sexenio. Hombre de trato agradable, con cierto aire seductor, abogado y empresario, se ganó de inmediato la voluntad de los mexicanos y desde la silla presidencial aprovechó la estructura política del partido oficial para ejercer el poder y la autoridad hasta sus últimas consecuencias, sin límites.  

Miguel Alemán llegó al poder con aires modernizadores ausentes en México desde los tiempos del Porfiriato. Presidente civil, egresado de la Universidad nacional autónoma de México, invitó a sus amigos –también universitarios- a participar en su gobierno y a beneficiarse de él. Su sexenio tendría dos caras: la del crecimiento y la de la corrupción.

Alemán le cambió el rostro al país. El viejo México rural se perdió ante el avance del mundo moderno y urbano. Las viejas redes ferroviarias fueron sustituidas por carreteras; al teléfono se sumaron la radio y la televisión para mejorar la comunicación de los mexicanos; la tradición del campo fue devorada por el universo citadino y la industrialización; el turismo nacional abrió sus puertas a los extranjeros en modernos centros como Acapulco; y grandes obras públicas rubricaron el sexenio: el multifamiliar Miguel Alemán (1949), el viaducto (1950), Ciudad Universitaria (1952) y el Auditorio Nacional (1952), entre otras.

Ese impulso constructor se reflejó sobre todo en la capital del país. Entre 1946 y 1952, la ciudad vivió la más importante transformación de su paisaje en el siglo XX. Se proyectaron importantes avenidas como División del Norte y se ampliaron otras como Insurgentes; el legendario río La Piedad fue entubado para impulsar el proyecto del viaducto, se inició la construcción de la Torre Latinoamericana, primer rascacielos citadino, y se desarrollaron nuevos fraccionamientos como el lujoso Pedregal. Durante su administración inició el llamado milagro mexicano, periodo durante el cual México progresó económicamente aprovechando el mundo de la posguerra y la estabilidad del régimen.

Sin embargo, el magno proyecto nacional alemanista dependía del orden y de un ejercicio severo de la autoridad. Para ejercer el poder sin cortapisas, el presidente creó una dependencia especializada en la vigilancia de grupos opositores y disidentes: la Dirección federal de seguridad. Apoyado en este organismo, no dudó en utilizar la mano dura. Al principiar su gobierno, una huelga de trabajadores de Petróleos mexicanos fue desactivada rápidamente y llegó la requisa; el gobierno ni siquiera pensó en la negociación. El resto del sexenio la oposición sintió el rigor del autoritarismo.

Con el progreso, llegó la corrupción. El sexenio de Alemán fue uno de los más corruptos de la historia mexicana. El presidente generó una cascada de riqueza que se derramaba desde la silla presidencial y alcanzaba todas las estructuras del gobierno, amigos, conocidos y grupos cercanos al régimen. “La mordida” permeó rápidamente a la sociedad. Fue una época de ostentación, años en que los funcionarios del gobierno mezclaban, sin pudor alguno, sus negocios particulares con los negocios públicos. El propio Alemán se benefició del éxito que alcanzaron muy pronto el desarrollo turístico de Acapulco y el surgimiento de la televisión mexicana.

Para el proyecto alemanista fue fundamental continuar en buenos términos con Estados Unidos. En 1947 –centenario de la guerra con México- el presidente Truman visitó la capital de la república. Poco después, Alemán devolvió la visita al viajar a Washington. La presencia del presidente estadunidense generó malestar entre la población, que consideró su presencia un acto de entreguismo de parte del gobierno mexicano. Para revertir la molestia de la sociedad, el gobierno alemanista urdió un engaño a fin de exacerbar el nacionalismo. Poco después de la visita de Truman, se anunció con bombo y platillo que al pie del cerro de Chapultepec habían sido halladas seis osamentas. A pesar de las dudas de los peritos e historiadores, que no se atrevieron a contradecir al presidente, Alemán declaró, mediante el decreto respectivo, que los restos pertenecían indudablemente a los Niños Héroes. Los homenajes no se hicieron esperar.

Alemán convirtió la investidura presidencial en algo intocable. Hizo del informe de gobierno de cada 1º de septiembre el “día del presidente”, el día en que los funcionarios, los políticos y en general todos los mexicanos debían rendir culto a su personalidad. Alemán se retiró del poder dejando una estela de corrupción y despilfarro; muchos se enriquecieron en su régimen, pero el dinero no llegó a los bolsillos de la mayoría de la población.

FUENTES CONSULTADAS:

Luis González y González. Viaje por la Historia de México. México. 2010.

The Bridgeport Evening Farmer, June 23, 1915, page 3, Image 3. Bridgeport, Conn. Consultado: 29/11/2019.

*) Licenciado en Administración Pública y Ciencias Políticas por la Facultad de Ciencias Sociales y Políticas de la UABC y, en Historia por la Facultad de Ciencias Humanas de la UABC. Investigador del Archivo Histórico del Municipio de Mexicali. IMACUM. Email: lerdok57@hotmail.com. Facebook: Francisco Javier Palacios Flores.