CITA CON CLÍO.

FRASE. “Un historiador serio no puede empeñarse en reunir solo el material que afirme sus prejuicios; tampoco basta investigar, es necesario reflexionar una y otra vez sobre el sentido profundo de las acciones humanas”. Josefina Zoraida Vázquez.

LA ESCUELA INDUSTRIAL DE MEXICALI. El edificio que alberga las oficinas de correos –Sepomex- y telégrafos –Telecom, ubicado en la avenida Francisco I. Madero, entre las calles Altamirano y Morelos, fue sede anteriormente –desde 1925-, de la Escuela Industrial de Mexicali; del interesante archivo del profesor Jorge Alvarado Ramírez, me permito transcribir la columna: Anecdotario de Baja California, de don Armando I. Lelevier y que intituló: “La Escuela Industrial de Mexicali”:

“Diseminados por todos los ámbitos y la rosa de los vientos; por el extranjero, por la República, por el Estado, por el valle o la ciudad; todos ya senectos, la mayoría peinando canas, otros que los han llevados a donde todos debemos de ir; desperdigados se encuentran quienes fueron alumnos de la Escuela Industrial que se fundara en las oficinas del correo y del telégrafo, en la avenida Madero, entre la Altamirano y Morelos.

Tenía cerca de año y medio como gobernador del Distrito Norte de la Baja California, cuando el general Abelardo L. Rodríguez, observando los peligros que en aquel entonces encerraba la ciudad para la juventud, en la etapa en que los principales ingresos de la administración distrital y municipal provenían de las cantinas, los garitos y las mancebías, creyó prudente crear un establecimiento en donde los muchachos emprendieran alguna de las artes sanas y fundó ese plantel del que salió un enjambre de hombres que al transcurrir de los años han sido útiles a la sociedad en que viven.

Fueron seis talleres los que fundaron las artesanías de la Escuela Industrial: zapatería, cuyo maestro era Enrique Tapia; carpintería, que originalmente lo fuera Domingo Estrada y terminara bajo la dirección de Rafael Llanos; curtiduría, que enseñara José Barrón; talabartería, Miguel Soto; mecánica, Manuel Lozada e imprenta y encuadernación, Teófilo Agramont. Yo fui a manejar desde el punto de vista comercial estos últimos, en donde edité un semanario que se llamó “La Gaceta Comercial” que viera la luz en mayo de 1928.

Había en aquel entonces dos escuelas en el casco de la ciudad, la Cuauhtémoc, la prócer de nuestra capital levantada en 1915 y la Benito Juárez. Los alumnos de ellas podían concurrir a los talleres de enseñanza desde que cursaban el cuarto año de primaria y era una aglomeración de chamacos que se inscribían en los diversos cursos que allí se impartían, queriendo aprender una actividad que en el futuro pudiera servirles de alguna utilidad y este pueblo ya se hizo tan grande, que rara vez se encuentra a uno de ellos.

Entre los que estuvieron en aquella etapa que para muchos traen nostalgias reminiscencias, saludo de vez en cuando, siempre con cariño y afecto a: Miguel Limón, ahora jerarca de la Unión Agrícola; a Eduardo Rubio, “El Peludo”, columnista; a Fernando Sánchez Corral, Juanito Blanco Obeso y con vasta superficie de evaporación en verano; Vicente Gastélum, Tomás Rodarte, Ernesto Torres, Juanito Miramontes, Sergio Romero, el profesor Ramón Arballo que se encuentra en Ensenada; David Robinson, que tomó carta de ciudadanía en Tecate; “La Vara” Galaviz, Raúl Hernández, siempre dispuesto a saborear sus cervecitas; José Romero, el ex diputado Emilio Hernández y el fallecido, en intensa tragedia en octubre del año de 1956, en una cervecería de baja estofa de Pueblo Nuevo, cuyo crimen se le atribuye a “los chemitas” el impresor Fernando “Chato” Márquez y tantos otros más que sería prolijo, si no imposible enumerar.

La Escuela Industrial funcionó normalmente bajo la dirección de don Alejandro Barrón, que aportó una importante suma de dinero para la compra de los talleres, hasta que, en una cálida tarde de verano de 1930 fue encontrado muerto sobre el volante de su automóvil en el viejo camino a Packard, hoy Justo Sierra.

Ese establecimiento impartió las enseñanzas menesterales desde 1925 hasta 1930, en que vino decayendo paulatinamente hasta que cerró sus instalaciones”. (1)

ASESINATOS HISTÓRICOS. A lo largo de la Historia, hemos sido testigos de una gran cantidad de asesinatos históricos, algunos de ellos aún sin resolver, que conmocionaron a la opinión pública y al día de hoy siguen provocando nuestra sorpresa. Hoy damos un paseo por el tiempo para conocer el crimen histórico de Mahatma Gandhi.

Asesino: Nathuram Godse. ¿Cuál fue el motivo? Al parecer Godse estaba enojado por la decisión de la India de dar 420 millones de rupias a Pakistán. Creía que la India se había debilitado cuando Pakistán se independizó y decidió vengarse asesinando a Gandhi. Gandhi, líder político y espiritual de la India murió así el 30 de enero de 1948 en Nueva Delhi, India. Tenía 78. Gandhi dirigió la exitosa candidatura de la India a la independencia de Gran Bretaña desde la década de 1920 hasta la década de 1940. En lugar de confiar en una revolución, utilizó la no-violencia para lograr esta hazaña. Pero ese fatídico día, el nacionalismo, el nacionalista hindú Nathuram Godse, que se oponía al enfoque no violento de Gandhi y percibía el favoritismo hacia los musulmanes, disparó tres veces al líder de la Casa Birla en Nueva Delhi y lo mató. Millones de personas vinieron a honrar al líder en su procesión fúnebre. Gandhi no contaba con seguridad. No la quería. 

NOTAS DEL VIEJO MEXICALI. “El Gobierno de Calles Envió por Dinero a Baja California, pero no se le Concedió. Como Resultado, la Secretaría de Gobernación Ordenó se clausuraran los Juegos en Mexicali. MEXICALI, mayo. 24 —Se nos ha informado que para el primero de junio próximo se clausura el “A. B. W. Club,” de Mexicali, conocido vulgarmente por “El Tecolote” por orden de la Secretaría de Gobernación. No se sabe si se cierra por completo el establecimiento o se clausuran solo los juegos, pero se cree que la orden se refiere a esto último. 

Salió ayer el Gerente de dicho “Club”, Sr. José A. Flores, para México con objeto de ver si le es posible conseguir que no se lleve a efecto la orden. Personas que se dicen bien enteradas llaman la atención de que hace pocos días el Gobierno del Centro volvió a solicitar ayuda pecuniaria del Gobierno del Distrito que no fue posible satisfacer y relacionan dicha negativa con la orden y decisión de cerrar “El Tecolote”. (2).  

 

  • Material fotocopiado del Archivo personal del profesor Jorge Alvarado Ramírez.

  • El Tucsonense, (Volume), May 26, 1927, Tucson, Ariz.

  • *) Licenciado en Administración Pública y Ciencias Políticas por la Facultad de Ciencias Sociales y Políticas de la UABC y, en Historia por la Facultad de Ciencias Humanas de la UABC. Investigador del Archivo Histórico del Municipio de Mexicali. IMACUM. Email: lerdok57@hotmail.com. Facebook: Francisco Javier Palacios Flores.