Desde Mi Óptica

ENSENADA.- Enfrentar el reto de la vida día a día te da la magia de existir, de estar en
cancha de la vida con sus avideces y desengaños, con el deseo de competir por ser el mejor siempre, si eres el ciudadano común ese que no recibe mas reconocimiento que su salario semana a semana mismo  que deposita en su hogar con la esperanza de un futuro promisorio para  su familia y la secreta ilusión de que lo mejor está por venir siempre,  confiando siempre en un futuro promisorio.   

Es él quien forma parte de la masa donde se junta el profesionista con el maestro de obra el mecánico con el doctor que darán vida a los estadios , es el aficionado común que semana a semana espera el día preciso para vivir por un espacio de tiempo la lucha que transforma su existir, lo mismo es en el entarimado de un ring que en la duela de un gimnasio o la cancha donde sentirá que vive  con sus ídolos y lo mismo gozara sus victorias que sufrirá sus derrotas lo acompañara en el avatar del combate a esos sus héroes no importando que sea en la humilde arena deportiva o en  el mas lujoso estadio creado ex-profeso con ese fin, es ahora parte de la afición esa que da y quita la misma que encumbra a los modernos semidioses de la época moderna.

He estado en estadios donde se celebran juegos sin publico a puerta cerrada y saben es horrible su entorno no existe el ambiente pese a lo bueno del juego sin el espectador el duro golpeteo sobre el balón retumba en el eco de las tribunas vacías sin el aficionado que crea la atmósfera de gesta heroica, el espectáculo sin él como tal no existe. 

Es pues el espectador la afición  el verdadero capital de un equipo de un deportista de un artista su público el cual es un devorador de hazañas récords,  jonrones, goles, puntos, es la afición la que da quita lo mismo te encumbra un atleta que te olvida o solo acude a verte perder a odiarte hasta amarte a convertirte en una verdadera ave de tempestades  un LORENZO GARZA O MANOLO MARTI NEZ toreros que la plaza entera odiaba y al domingo siguiente amaba MANOLO MARTINES  el milagro de Monterrey mandón de la plaza en sus tardes inenarrables de gloria corrido de la plaza a cojinasos por ese público que domingos atrás lo idolatraba.

Los odiados americanistas cuyos publicistas al darse cuenta que jamás rivalizaran con el club deportivo Guadalajara en el cariño hábilmente saco un eslogan que dice ÓDIAME MAS dirigido directamente a la afición que nunca lo va a aceptar como el bien amado del futbol nacional lugar reservado por generaciones que datan desde el club 

España o los prietitos del  atlante y los hoy por hoy entronizados en el fervor popular las chivas rayadas del Guadalajara que pese a malas temporadas son sinónimo de multitudes en los estadios en aeropuertos y lugares donde se paran así es de veleidosa  la afición  esa multitud que una noche arropo a el novato de las colonias de periferia de la ciudad de la bondojo concreta mente y por su cabello en corte flat top lo apodo El Púas al gran RUBEN OLIVARES  y cuando se modernizo y se dejo el pelo largo lo olvido y lo bautizo de nuevo como el bucles y gozo con su derrota ante JESUS CASTILLO porque nadie lo pudo explicar pero el simple corte de pelo lo alejo del público y solo su insuperable clase lo volvió a ubicar en el gusto popular casi al nivel el boxeador mas amado por publico mexicano sin duda alguna fue RAUL EL RATON MACIAS, pero para ídolos longevos solo dos están en ese pedestal el cantante y actor  PEDRO INFANTE y el luchador EL SANTO héroe de los encordados y de las cintas cinematográficas nadie a ese nivel en el fervor popular.   

Es pues este articulo un reconocimiento a ese elemento vital para un espectáculo el que estará expectante ante cualquier situación que ocurra el que mantiene los grandes equipos el que solo se ve como una maza ululante en un estadio en una arena pero que ha hace que la diversión  se convierta en pasión en arte en espectáculo millonario con su apoyo se logran títulos campeonatos y se devastan glorias pasadas para la multitud no hay mas que triunfos no existen las derrotas gloriosas son pues los aficionados los que crean la fortuna de quien con arte y condición se expone a ella.