La Navidad, breve reflexión

Sociedad y derecho.

La navidad, qué tema tan interesante y, no solo por el gran significado y simbolismo qué representa en la religión católica, sino también y quizá, más importante aún, por los sentimientos y emociones qué provoca, incluso en los no católicos.

Me gustaría hacer una breve reflexión respecto a la navidad, pero abordándola desde un punto de vista un poco distinto, con la única intención de propiciar un diálogo más crítico y sobre todo constructivo.

El sentido etimológico de la Navidad o Natividad es: El nacimiento o alumbramiento, en este caso de Jesucristo, el salvador y mesías.

El dato curioso en este punto es el qué la religión católica sitúa este alumbramiento en el mes de diciembre, no obstante, haber evidencia histórica forense qué sitúan este hecho en los meses de marzo y abril.

Entonces, uno de los cuestionamientos a dilucidar sería el por qué los católicos lo señalan el 25 de diciembre, en pleno invierno.

Una de las teorías más aceptadas y, qué hace mayor sentido, es la que atribuye el cambio de fechas a la circunstancia de que, el 25 de diciembre se llevaba a cabo una celebración religiosa considerada ya pagana, pero qué por su enorme simbolismo y antigüedad era más conveniente sustituirla por la ahora nueva festividad, con lo cual, además de lograr que se dejara de realizar aquella, posibilitaba una transición menos severa hacia la nueva Fe cristiana.

El siguiente cuestionamiento sería entonces el ¿por qué existía esa antigua ceremonia de tanta importancia y simbolismo precisamente en la época invernal?

Una explicación a ello, qué igualmente hace sentido, es el que las primeras civilizaciones que nacieron con la implementación de la agricultura, hace unos diez mil años, al ser prácticamente dependientes por completo de las diferentes estaciones del año, se encontraban en el invierno con una escasez de alimentos y recursos, a diferencia de la primavera, verano y otoño, en las que contaban con el producto de las cosechas, recolección de frutos y caza de animales.

En esas condiciones de los duros inviernos era conveniente y muy probablemente absolutamente necesario tener Fe y esperanza en qué el futuro traerá tiempos mejores y de abundancia, de forma tal que el espíritu no decayera trayendo con ello desconsuelo, sino por el contrario, que esos difíciles tiempos de insuficiencias y penurias fueran sustituidos por celebraciones y festejos, amor fraternal y ayuda mutua.

Queda ahí para la reflexión.

Como siempre un placer saludarlo, esperando que estas pocas palabras hayan sido de su agrado y, sobre todo de utilidad ¡Muy feliz Navidad, nos vemos pronto!