La relatividad de la realidad
La definición clásica de la ciencia del derecho comprende la regulación de la conducta humana para hacer posible la vida en comunidad.
Sin embargo, no se limita nada más a regular esta, sino a orientarla y encaminarla hacía una dirección más empática, solidaria y de ayuda mutua.
Tarea no menos titánica, considerando que para lograrlo es necesaria la comprensión del porqué de las acciones del ser humano
A ver, las acciones de las personas siempre van sucedidas por sus pensamientos, es decir, los pensamientos preceden a los actos y, estos a su vez se originan y componen de la interpretación que cada uno de nosotros le da a los sucesos que experimentamos, convirtiéndose así en nuestra realidad.
De esta manera, resulta entonces que la realidad viene siendo más subjetiva que concreta, pues depende de la interpretación que cada individuo le dé a los acontecimientos que experimenta.
Siendo así que un mismo hecho, para una persona puede consistir en oportunidades y para otra en obstáculos, otra puede ver en este aprendizajes y para alguien más solo significar fracasos, una puede sentir agradecimiento en tanto que otra resentimiento.
Los diferentes modos de pensar y sentir de cada persona dependen de un sinnúmero de factores para los que la ciencia aún no tiene explicación, pero que lo más seguro es que tendrán relación con elementos emotivos y formativos en los primeros años de vida, así como de educación, cultura, valores, temperamento y manejo de las emociones, entre muchos más.
Lo relevante para el tema abordado, es la comprensión de que la realidad no se define por los hechos per se, sino por la interpretación que le damos a estos, siendo por tanto tan variada como el número de personas que la dilucidan.
De ahí la importancia e inmensurable relevancia de crear en las personas, desde sus primeros años e, incluso hasta la edad adulta, una consciencia de ayuda solidaria y de sentido de justicia, apoyadas en valores universales de equidad, reciprocidad, igualdad y paridad, pues solo así podremos hablar de una sociedad más justa y ecuánime, que progrese y prospere.
Como siempre un placer saludarlo, esperando que estas pocas letras hayan sido de su agrado y, sobre todo de utilidad ¡Hasta la próxima!