Presionar es la estrategia

Hace más de siglo y medio, los investigadores hablaban de la resistencia y la capacidad de adaptación en los seres vivos para acondicionarse ante los cambios, subsistir y fortalecerse; rumbo a 2020, el argot científico habla de resiliencia.

El ciudadano de a pie es la esperanza, cada día gana mayor consciencia y responsabilidad para modificar sus hábitos de consumo a fin de mitigar el cambio climático y salvar a las especies amenazadas.

Aunque a contracorriente permanezcan posturas equidistantes como la de Donald Trump, presidente de Estados Unidos, convertido en crítico de la teoría del cambio climático.

Una de las piedras angulares del Acuerdo de París establece medidas para descarbonizar el planeta, para la Casa Blanca su nueva posición es la de no limitar el uso del carbón y hacerse a un lado del Acuerdo.

En voz de Unai Pascual lo que hay en personajes como Trump y otros como él es un fuerte “interés económico” al que defienden a toda costa y por ende, “prefieren taparse los ojos para que las cosas no cambien”.

El científico que dirige un a grupo de 150 expertos internacionales que forman parte de la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES) manifestó su esperanza porque al final de cuentas el negacionismo termine derrotado.

“Yo creo que personas como Donald Trump que están empezando a abundar también en otras latitudes del planeta sí saben que el cambio climático existe y se está acelerando; y nosotros, los humanos, somos responsables de esta situación pero ellos tienen unos intereses económicos muy importantes y ante eso prefieren taparse los ojos y tapárselos a otros para que las cosas no cambien”, reiteró.

Esencialmente, añadió Pascual con quien hablé en exclusiva, es imprescindible una transformación socioeconómica del modelo económico imperante “y eso no les interesa”; de allí la intención de retrasar cualquier atisbo del comienzo de esa transición.

Hace unos días, la IPBES difundió un amplísimo documento de miles de hojas recabado por más de un centenar de científicos en diversas partes del mundo, en dicho grupo participa México de manera activa.

El resultado de años de observación y análisis de la realidad ha llevado a una serie de concordancias entre los científicos que puntualizan un declive de la naturaleza “sin precedentes” y que llaman a proteger urgentemente a la biodiversidad.

Todavía se está a tiempo, subrayó Pascual, alentado porque el “negacionismo” terminará derrotado por redes ciudadanas globales cada vez más conscientes de que el poder de salvar al planeta está en sus propias manos.

“Todos aquellos sectores que saben que necesitamos una transformación de la manera de consumir, de producir, de comerciar, todos esos sectores saben que tenemos que cambiar a mejor; hay que trabajar juntos en red desde los estudiantes que salen a las calles a manifestarse sobre su futuro, a todos esos otros sectores que tienen algo que aportar”, recalcó.

A COLACIÓN

El amplísimo documento de la IPBES (una parte coordinado por Pascual) servirá de marco-base para la elaboración de los acuerdos en pro de proteger a la biodiversidad en la próxima reunión de la Conferencia de las Partes del Convenio para la Diversidad Biológica (CDB), que tendrá lugar en la ciudad de Kunming (China) en el año 2020.

Lo que resta ahora es presionar, presionar y presionar por todos los frentes en aras de construir más acciones para mitigar los efectos nocivos del cambio climático y evitar una mayor degradación de los hábitats y de las especies vegetales y animales.

Hay una necesidad de girar la tuerca hacia otro sentido, para vivir en armonía con la naturaleza, buena parte del sentido del análisis de la IPBES destaca el papel relevante de los diversos pueblos indígenas, de su sabiduría, conservada para interrelacionarse con la naturaleza a pesar de la modernidad tecnológica.
Directora de Conexión Hispanoamérica, economista experta en periodismo económico y escritora de temas internacionales