Enrique Chiu fija postura ante el pintado de negro del muro fronterizo

"El muro también puede ser un lienzo de esperanza, no un instrumento de crueldad"

Tijuana, B.C. - Ante el anuncio de que la administración de Estados Unidos pintará de negro la totalidad del muro en la frontera sur para "hacerlo más caliente y más difícil de escalar", el artista plástico, activista y promotor de cultura de paz Enrique Chiu expresó su rechazo a la medida y llamó a la comunidad binacional a defender el arte y el color como herramientas de dignidad y esperanza. La decisión fue confirmada esta semana por la titular de Seguridad Interior, quien señaló que la orden responde a una directriz presidencial para que el metal absorba más calor como supuesto disuasivo de cruces no autorizados.

"Decir que una capa de pintura negra impedirá que la gente cruce es absurdo. La mayoría de las personas cruza de noche o en condiciones donde el calor del día ya no es factor. Este muro no se resolverá con más oscuridad; se transforma con humanidad, color y diálogo," señaló Chiu.

Especialistas ya habían advertido en años previos que pintar de negro el acero aumenta la temperatura de la superficie de forma marginal y con efectos dudosos como "disuasivo"; incluso se cuestionó su relación costo-beneficio.

Chiu recordó que desde 2016 impulsa el Mural de la Hermandad, un proyecto binacional en el que más de 7,500 personas —entre artistas, niños, familias, voluntarios y migrantes— se han sumado con brochas y pinceles para convertir kilómetros de muro en un lienzo de unión, esperanza y prosperidad.

"Más que una ´solución´, pintar el muro de negro es otra forma de crueldad contra quienes huyen de la violencia, el hambre o los desastres. El arte no hiere: sana. Si el gobierno insiste en convertir ese muro en una superficie negra, nosotros seguiremos convirtiéndolo en lienzo: con color, fe, prosperidad y esperanza, como lo hemos hecho en el Mural de la Hermandad junto a miles de manos de ambos lados de la frontera," añadió.

El artista subrayó que el color y la participación comunitaria han demostrado reducir estigmas, activar el espacio público y tejer redes de solidaridad en barrios, escuelas, hospitales y albergues de migrantes. Convocó a instituciones, organizaciones y ciudadanía a multiplicar brigadas culturales en los puntos fronterizos y a co-crear nuevos murales y talleres con niñas, niños, jóvenes y familias en movilidad.