Enseñanza explícita para niños con ceguera

Rosa Alvarado es docente de grupo de niños con discapacidad visual

Tijuana, B.C. - Los niños con ceguera en educación básica necesitan una enseñanza más explícita, ya que no pueden ver, aseguró la licenciada Rosa Elvira Alvarado García, especialista en lenguas alternativas: Sistema Braille y Lengua de Señas Mexicana, al asistir como invitada al espacio de Vida Universitaria de la Universidad de Tijuana CUT.

«No me exijas comprender tu mundo, entra al mío y todo será más fácil» fue el tema que impartió ante estudiantes de la Licenciatura en Ciencias de la Educación, al que asistió también personal del departamento de Psicopedagogía y Psicología del Sistema Educativo Municipal.

En su experiencia, como docente frente a grupo de niños con ceguera en la Escuela Primaria Cuauhtémoc, su principal interés es que sus estudiantes sean independientes. Esto se logra dándoles las indicaciones precisas para que lleven una vida normal y puedan integrarse a la sociedad.

"No se imaginan lo hermoso que es cuando descubren algo por primera vez", expresó la profesora Rosa Alvarado al recordar que en una ocasión caminaba con sus alumnos y olía riquísimo, pero no supo identificar ese olor; sin embargo, uno de los chicos exclamó "mmm, tocino dorado", con una cara de gusto y alegría al reconocer precisamente ese olor.

Señaló que mientras las nuevas generaciones tienen a la mano las nuevas tecnologías, una persona con ceguera puede enfrentar temor o incertidumbre ante lo desconocido, pero en cada momento de su vida va aprendiendo algo novedoso.

Los alumnos de la carrera de Ciencias de la Educación, antes de ingresar al Salón de Usos Múltiples del Campus Altamira, se les vendaron sus ojos. Fueron ingresando poco a poco al salón y se les ayudó a ocupar un lugar para sentarse. Rosa Elvira les dio la bienvenida y cuestionó cómo se sentían al ingresar de esa manera al aula. "Feo, raro, miedo, inseguridad, desesperación, incertidumbre", fueron algunas de las respuestas.

"Parte de esta experiencia que ustedes están viviendo ahorita sería la vida, día a día, de algunas personas", explicó la profesora Rosa Alvarado al mencionar que algunos casos de ceguera pueden ocurrir por enfermedad, pero muchos de los niños de educación básica padecen una ceguera cognitiva, es decir, así nacieron, así han vivido toda su vida y así se desenvuelven.

Recordó que, al llegar por primera vez como docente ante un grupo de niños con ceguera, para ella también fue como estar ciega. "La vida te lleva por muchos caminos, cuando tuve mi primer encuentro con ellos, no sólo ellos no veían, tampoco yo veía. Yo no sabía qué hacer con ellos, no sabía si utilizar la palabra ´ver´ podría ser ofensivo. No sabía cómo guiarlos, cómo enseñarles".

Después de vivir los jóvenes universitarios esta experiencia y de sentirse hasta cierto punto incómodos, la también docente de Posgrado en la Universidad de Tijuana destacó que trabajar con niños que padecen ceguera o cualquier otro tipo de condición es convivir con niños que, en su día a día, están siendo simplemente niños.

"También corren y buscan conocer el mundo, ver a una persona con una condición no es algo que limite la vida. No es pensar que sufre", expuso la profesora Rosa Alvarado al precisar que es la sociedad la que impone ciertas barreras de aprendizaje.

Mencionó que, en su experiencia como docente, el principal problema no es el niño con ceguera cognitiva o con cualquier otro tipo de condición, sino la familia. Hay tres tipos de familia para personas con enfermedad: las que sobreprotegen, las que no prestan atención y, la tercera, se ubica entre las dos anteriores, es decir, la que lo cuida, pero le exige y hace que salga adelante.

"Las personas con una discapacidad, condición o una enfermedad pueden acceder a la educación, pero hay que ver hasta dónde pueden llegar", indicó la también psicóloga Rosa Alvarado al mencionar que, en educación, al recibir en el aula a un niño con cierta condición, lo primero es investigar qué tipo de padecimiento enfrenta para saber cómo trabajar con él.

"Si yo en mi aula recibo a un niño con condición de autismo, ceguera, sordo, Down, parálisis cerebral, lo primero que requiero es información, que alguien me pueda guiar o pedir ayuda a los papás", sostuvo la docente de Maestría en Educación Especial y de la Especialidad en Necesidades Educativas Especiales del CUT, al precisar que estas tres figuras: niño, profesor y padres de familia, formarán un triángulo perfecto de alianza.

"Un diagnóstico es como un GPS con el niño, les va a decir por dónde van a caminar, qué pueden o no hacer, qué pueden o no lograr", mencionó al comentar ante los estudiantes de Ciencias de la Educación que, de no contar con esta guía, van a tener que buscar por su cuenta esa información, toda vez que muchos papás, por estar en medio de su duelo, no lo van a tener disponible. "Ustedes van a tener que observar al niño, van a tener que pedir ayuda para saber cómo ayudarlo, porque ya llegó con ustedes".

Al finalizar la Conferencia «No me exijas comprender tu mundo, entra al mío y todo será más fácil», la maestra Liliana Hernández Reyes, docente de tiempo completo en la Coordinación de la Licenciatura en Ciencias de la Educación, hizo entrega de un reconocimiento a la licenciada Rosa Elvira Alvarado García, en agradecimiento por compartir su experiencia y conocimiento con los estudiantes de la Universidad de Tijuana.