¿Prestas tu tarjeta para comprar boletos de conciertos? Te decimos los pros y las contras

Es común que una persona pague con su tarjeta de crédito los vuelos de avión o los boletos para un concierto de su grupo de amigos, pero esto puede traer consecuencias para el usuario.

La situación es ampliamente conocida. Van varios amigos a un concierto y no falta el que dice (o le toca) poner su tarjeta de crédito para pagar los boletos de todos, ya sea para un viaje o un concierto. Todos disfrutan de una noche inolvidable, pero luego hay que pagar. Y el ciclo se puede repetir con viajes, cenas, cafecitos, salidas, etcétera. ¿Pero qué tan bueno es esto para las finanzas personales de una persona? Como todo en esta vida, depende.



“Utilizar la tarjeta de crédito para todo y sobre todo para gestionar compras de terceros tiene pros y contras. Sin embargo, los contras tienen que ver con aspectos que rara vez se toman en consideración, como la calificación e historia crediticias de esa persona”, explica Daniel Rojas, CEO de Rocket.la, plataforma que brinda asesoría financiera gratuita con el objetivo de impulsar la inclusión y movilidad financiera.



Añade que esta práctica también tiene algunas ventajas, desde hacer uso del crédito (que es importante) hasta la recolección de puntos y premios, dependiendo de la tarjeta y la institución que la otorgue. Pero no por ello, se deben soslayar algunos de los principales problemas que acarrean, como un impacto negativo en el score del usuario o una gestión inconsistente de los gastos que se llevan a cabo con financiamiento.



De acuerdo a cifras de Rocket, sólo 30% de los clientes de tarjetas de crédito sabe que puede conocer su historial crediticio y su score frente a instituciones bancarias. Este número se correlaciona con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en los que se registra que solamente cerca de 25% de la población mexicana cuenta con algún tipo de educación financiera formal. 



La regla del 30%



Hay una regla de oro para la formación ideal de un score crediticio impecable y que aplica particularmente para las personas que usan su tarjeta de crédito para pagar gastos de terceros. Y no importa si se difiere o no a meses sin intereses o si se paga a tiempo mes con mes, incluso si se paga en tiempo la cantidad para no generar intereses. 

“Es ideal no usar más de 30% de una línea de crédito. Lo que sucede en esos casos es que el banco no tiene claridad si estás sobreendeudado -y pagando mes con mes de milagro- o si de verdad cuentas con los recursos suficientes para saldar el pago. Hay usuarios que llevan casi al límite su crédito y aunque pagan puntualmente, es decir, son totaleros, con el tiempo esto puede reducir sus posibilidades de que el banco aumente su línea debido al riesgo financiero que representa para la entidad”, comenta el CEO de Rocket.la.



De tal modo, es importante tener estos porcentajes de gastos mensuales en consideración antes de sacar el tarjetazo para todo el grupo de amigos.



Gestión de gastos



Justo este tipo de compras es recomendable para hacer uso de una tarjeta de crédito: gastos que se pueden diferir a meses o que generen algún tipo de bonificación que pueda ser utilizada posteriormente. 



Pero usar la tarjeta de crédito todo el tiempo y para todo no es necesariamente recomendable porque no ayuda a llevar una buena gestión del gasto corriente de una persona. De pronto se puede olvidar qué porcentaje de un ingreso mensual se va para gastos constantes y el usuario puede quedar desbalanceado por una compra que supera su capacidad de pago. Así comienzan las deudas.



“Lo mejor es utilizar la tarjeta de crédito tomando en consideración que todo lo que hagamos con ella impacta nuestro historial crediticio. La tarjeta de crédito es de uso personal, pues el banco te está prestando a ti y a tu situación personal. Lo recomendable es usarla como una herramienta financiera para gestionar y administrar nuestras finanzas, y no como una extensión de nuestros sueldos o ingresos mensuales. Lo ideal es evitar, en la medida de lo posible, adquirir deuda por un externo ya que puede representar un riesgo extra debido a la imposibilidad de pago de esa persona, ”, concluye Moises Márquez, Líder de Datos y Modelos de Rocket.la.