Despliegue naval de Rusia en La Habana este fin de semana
La Habana se prepara este fin de semana para recibir una flota de la Armada rusa en lo que se considera un movimiento estratégico significativo en el panorama geopolítico actual.
Según informes de la prensa rusa, los barcos de la flota del Mar Báltico, incluyendo el buque escuela Smolny, la patrullera Neustrashimy y el petrolero Yelnya, llegarán al puerto de La Habana entre el 27 y el 30 de julio.
Este evento marca la segunda visita de embarcaciones rusas a la Bahía habanera en menos de 45 días, subrayando el fortalecimiento de los lazos entre Cuba y Rusia.
La llegada de esta flotilla refuerza las especulaciones de que el presidente Vladimir Putin está preparando un despliegue naval permanente en la isla caribeña.
El analista militar Alexander Sharkovsky interpreta esta acción como una respuesta directa al reciente anuncio de Estados Unidos sobre el despliegue de armas de largo alcance en Europa, específicamente en Alemania.
"Se está recreando en Cuba la base de las fuerzas armadas rusas, tanto terrestre como naval. Si Estados Unidos despliega misiles de medio alcance en Alemania, nuestros misiles deben estar cerca de su territorio. Esta base es crucial para la seguridad de la Federación Rusa", enfatizó Sharkovsky.
Aunque todavía no se ha confirmado el envío de un gran número de buques de guerra rusos a Cuba, la presencia de la flota del Báltico es un indicio de los posibles planes futuros.
El diario cubano Granma anunció oficialmente la llegada de los buques rusos, destacando que las visitas de unidades navales extranjeras son una práctica histórica del Gobierno revolucionario con naciones amigas.
La agenda de los marinos rusos incluye visitas de cortesía al jefe de la Marina de Guerra Revolucionaria y a la gobernadora de La Habana, así como recorridos por sitios de interés histórico y cultural. Además, el buque escuela Smolny estará abierto al público este domingo y lunes, proporcionando una oportunidad única para que los ciudadanos cubanos interactúen con la tripulación rusa.
La visita de esta flotilla rusa ocurre un mes después de que otra agrupación naval rusa, liderada por la fragata Almirante Gorshkov y un submarino de propulsión nuclear, hiciera escala en La Habana. Este despliegue inicial ya había generado tensiones y reacciones internacionales.
En respuesta, el Comando Sur de Estados Unidos envió al submarino nuclear USS Helena a la bahía de Guantánamo. Sin embargo, las autoridades estadounidenses calificaron este movimiento como una "visita portuaria de rutina" dentro de su misión de seguridad marítima global, evitando cualquier vinculación directa con la presencia naval rusa en Cuba.
La consolidación de las relaciones bilaterales entre Cuba y Rusia, marcada por estos despliegues navales, tiene profundas implicaciones para la política regional y global. El fortalecimiento de la cooperación militar entre ambos países podría revivir tensiones reminiscentes de la Guerra Fría, especialmente en el contexto de la rivalidad actual entre Rusia y Estados Unidos.
Expertos como Alexander Sharkovsky sugieren que este desarrollo no solo es una demostración de poder por parte de Rusia, sino también una estrategia para asegurar su influencia en el hemisferio occidental. "La presencia de misiles rusos en Cuba sería una respuesta contundente a cualquier amenaza percibida de Estados Unidos en Europa", concluyó Sharkovsky.