Presidente de Ecuador sobrevive a ataque durante protestas en el sur del país

Daniel Noboa resultó ileso tras un intento de magnicidio mientras su caravana era atacada por manifestantes indígenas contra el aumento del precio del diésel.

Tijuana, 8 de Octubre. - El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, sobrevivió el martes a un ataque armado mientras viajaba por la provincia de Cañar, en el sur del país, en medio de manifestaciones indígenas en rechazo a la eliminación del subsidio al diésel, informó la ministra de Ambiente y Energía, Inés Manzano.

El incidente se produjo en la comunidad de Sigsihuayco, donde alrededor de 500 manifestantes interceptaron la caravana presidencial, lanzando piedras y, según versiones oficiales, disparando contra el vehículo que transportaba al mandatario. Noboa salió ileso, aunque el vehículo sufrió daños por impactos de bala.

El gobierno calificó el hecho como un intento de asesinato y presentó una denuncia ante la Fiscalía por tentativa de magnicidio. Cinco personas fueron detenidas y enfrentan cargos por terrorismo, con penas de hasta 30 años de prisión. Sin embargo, la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) rechazó la versión oficial, denunciando que se trató de una provocación para criminalizar la protesta social.

Las manifestaciones forman parte de un paro nacional iniciado el 22 de septiembre por la CONAIE, tras el aumento del precio del diésel de 1,80 a 2,80 dólares por galón. Hasta el momento, se reporta al menos un muerto, más de 150 heridos y alrededor de 100 detenidos.

El presidente Noboa, quien asumió el cargo en 2023, condenó el ataque y reafirmó su compromiso con la seguridad y el orden público. A pesar del incidente, continuó con su agenda oficial en Cuenca, declarando: "No vamos a permitir que unos pocos vándalos impidan que trabajemos por ustedes".

El ataque generó condenas internacionales. La Organización de Estados Americanos (OEA) lo calificó como un "atentado contra la democracia", mientras la ONU y el Departamento de Estado de Estados Unidos instaron al diálogo pacífico y al respeto de los derechos humanos.

El episodio refleja la creciente polarización política en Ecuador y la tensión entre el gobierno y las comunidades indígenas, que históricamente han mantenido una relación compleja con la administración de Noboa, planteando desafíos para la estabilidad política y social del país.