Así es cómo las escuelas están enfrentando la crisis del agua
La sequía prolongada, combinada con olas de calor intensas, ha reducido significativamente los niveles de agua disponibles en embalses y acuíferos, causando interrupciones en el suministro de agua potable en numerosas instituciones educativas. En estados como Nuevo León, Chihuahua, Baja California, Guanajuato, y Ciudad de México, las escuelas se enfrentan a la escasez de agua, lo que limita la disponibilidad para consumo y saneamiento de la comunidad escolar.
"Ante las actuales condiciones de sequía es esencial que las escuelas adopten tecnologías sostenibles, como sistemas de captación de agua de lluvia, que permiten aprovechar una fuente renovable para uso en sanitarios y limpieza, disminuyendo la dependencia de fuentes tradicionales", señala Julio Álvarez, CEO y fundador de Grupo PROMESA, empresa dedicada a transformar la cultura ambiental a través de la educación y el reciclaje en México.
Agrega que, además, la instalación de sistemas de filtración y almacenamiento adecuados puede proporcionar agua segura para el consumo, mejorando la resiliencia de las escuelas frente a la escasez. "Estas soluciones, combinadas con prácticas de conservación del líquido, no sólo son económicamente viables, sino también cruciales para garantizar la continuidad de la educación en un entorno cada vez más afectado por el cambio climático".
Al respecto, Grupo PROMESA ha trabajado con escuelas de educación básica para implementar diversas acciones para cuidar el agua y ha logrado ahorrar más de 93 millones de litros de agua, el equivalente a llenar 13 veces la alberca olímpica de Ciudad Universitaria.
De acuerdo con la Unicef, en México, solo 62% de los planteles educativos disponen de agua todos los días de la semana, el 19% carece de inodoros suficientes para los estudiantes y el 58% no ofrece agua potable para los estudiantes. La organización también alerta que el 40% de los baños escolares cuentan con condiciones adecuadas de limpieza y seguridad para niñas, niños y adolescentes.
"La problemática de la falta de agua es el inicio de una serie de problemas más graves, ya que cuando las niñas y los niños no cuentan con agua potable en baños, para, por ejemplo, lavarse las manos, se desencadenan enfermedades gastrointestinales y con ello aumentan las ausencias escolares. Particularmente en comunidades apartadas este tipo de infecciones pueden poner en riesgo la salud de las infancias si no son tratadas a tiempo", afirma el CEO de Grupo PROMESA.
¿Qué pueden hacer las escuelas?
Ante el Día Cero, el cual será este 26 de junio, de acuerdo con el Organismo de Cuenca Aguas del Valle de México, dependiente de la Comisión Nacional del Agua (Conagua). Las escuelas pueden comenzar a implementar acciones que les ayuden a enfrentar la crisis de agua.
Algunas acciones que recomienda son:
Implementar sistemas de captación de agua de lluvia: Instalar sistemas de recolección de agua pluvial puede proveer un suministro alternativo para usos no potables como la limpieza, riego de jardines y sanitarios. Estos sistemas deben incluir filtros para eliminar contaminantes y tanques de almacenamiento adecuados para conservar el agua recogida.
Instalar grifos y sanitarios de bajo consumo: Sustituir los equipos tradicionales por grifos y sanitarios de bajo flujo ayuda a reducir el consumo de agua significativamente.
Fomentar programas de reutilización de agua: Desarrollar sistemas de reutilización de aguas grises, como las provenientes de lavabos para ser empleadas en riego y limpieza.
Promover la educación y conciencia ambiental: Incluir programas educativos que enseñen a estudiantes y personal sobre la importancia de la conservación del agua y las prácticas sostenibles. Fomentar hábitos como cerrar grifos correctamente, reportar fugas y usar el agua de manera responsable crea una cultura de ahorro y respeto por este recurso.
"La educación ambiental es una herramienta crucial para que los estudiantes comprendan la urgencia de conservar el agua. Cada lección y cada proyecto es una inversión que tiene el potencial de inspirar a los jóvenes a tomar acciones concretas en su vida diaria y a ser defensores del uso sostenible de los recursos hídricos. Actuar desde la educación es clave para revertir esta crisis", concluye Julio Álvarez.