Bullying, el lenguaje favorito de una sociedad cobarde
México, 30 de abril de 2024. "El bullying va más allá de un problema infantil. Es el reflejo de una sociedad que ignora los llamados locales, nacionales e internacionales y que normaliza estas acciones bajo el argumento de nuestra idiosincrasia", señala el activista Norberto Maldonado. "Han pasado 12 años desde que se instauró el Día Mundial contra el Bullying o Acoso Escolar (2 de mayo) y a la fecha, parece contradictorio que esta fecha se sigue tomando a broma", enfatiza.
Maldonado, quien ha vivido acoso debido a su vitíligo, advierte que hablar del bullying como un fenómeno exclusivo de las escuelas es simplificar un problema que atraviesa todos los ámbitos de la vida social: desde las aulas hasta las oficinas, desde las redes sociales hasta los núcleos familiares.
"El bullying es la etiqueta que reduce a una persona a su cuerpo, su color, su orientación, su discapacidad. Parece un comentario inocente, pero es un mecanismo violento que los adultos también repiten, enseñan y perpetúan todos los días", destaca el también líder de la Fundación Kooltivo.
Desde hace años, la OCDE hizo un urgente llamado a atender los temas de bullying en México; sin embargo, datos recientes cuestionan posibles avances. Por ejemplo, el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México reveló que los reportes por acoso escolar aumentan más del 50% cada año. "Es un retroceso evidente que no termina al salir de las aulas. Más del 20% de los trabajadores mexicanos afirman haber padecido bullying en su trabajo. Estas cifras nos deben avergonzar como sociedad", indica.
Con una crítica frontal a las campañas "blandas y estéticas" que buscan visibilizar el acoso sin nombrar con claridad su gravedad, Maldonado insiste en que el bullying debe dejar de ser tratado como una travesura o un asunto menor.
"Necesitamos que la sociedad entienda que el bullying puede dejar marcas de por vida e incluso cuesta vidas", en su propia experiencia, Maldonado recalca la carga emocional de crecer con una condición visible como el vitíligo: "Mi piel fue mi primer motivo de acoso y mi primera lección de resistencia. Aprendí que lo diferente incomoda, y que muchas veces esa incomodidad se convierte en violencia. También aprendí que el problema no está en quien se ve distinto, sino en quien no sabe ver con humanidad y calidad moral."