La geografía define el acceso al crédito en México y revela oportunidades de inclusión financiera
En México, el crédito se observa en la vida diaria. En un extremo del país, las tarjetas departamentales llenan carritos y sostienen compras; en otro, pequeños créditos individuales se convierten en la puerta de entrada hacia un historial crediticio.
Veracruz, Estado de México, Puebla, Chiapas y Oaxaca destacan por una alta participación en financiamiento a través de tarjetas departamentales, una señal de que cada vez más personas están integrando servicios financieros. Mientras que en Baja California Sur, Aguascalientes y Colima, los créditos individuales de menor monto se han convertido en un primer paso accesible para miles de personas.
Para Hugh Bruce, Chief Consumer Officer de Círculo de Crédito, Sociedad de Información Crediticia (SIC) con más de 20 años de experiencia en el sector, "las diferencias geográficas en el acceso al financiamiento reflejan la diversidad de perfiles que hay en el país".
Aunque más que evidenciar diferencias, este panorama abre una oportunidad de fortalecer la educación financiera, ampliar la oferta de productos y consolidar ecosistemas más diversos para que, desde cualquier región del país, más personas puedan acceder a mejores opciones de crédito y avanzar con mayor autonomía en su vida financiera.
Código postal es el punto de partida
El tamaño de las líneas de crédito en México muestra realidades distintas, pero sobre todo revela un amplio terreno para crecer con mayor equidad.
En el norte y el Bajío —con estados como Nuevo León, Ciudad de México, Querétaro y Baja California— los límites pueden alcanzar alrededor de 9,000 pesos, reflejo de una oferta más amplia en montos disponibles. En el sur —Oaxaca, Chiapas, Guerrero y Tabasco— estos rondan los 4,000 pesos, un punto de partida que abre la puerta a un acceso progresivo al financiamiento.
De acuerdo con Hugh Bruce, "cuando dos personas con el mismo Credit Score reciben condiciones distintas por su ubicación, se abre la oportunidad de fortalecer sistemas donde el historial crediticio y el comportamiento financiero tengan un peso cada vez mayor".
Avanzar en esa dirección significa ampliar opciones, diversificar productos y acercar mejores condiciones a más personas, hasta lograr que la geografía empiece a impulsar nuevas posibilidades.
"Por eso, conocer tu actividad crediticia convierte la información en una herramienta de avance: te permite identificar inconsistencias, decidir con mayor claridad, fortalecer tu salud financiera y moverte con más certeza hacia tus próximos objetivos.", concluye Bruce.