México asegura que entrega de agua a EE.UU. no afectará el abasto nacional

Sheinbaum afirma que cumplimiento del tratado cuidará consumo interno

CDMX, México. - El gobierno de México afirmó que la entrega de agua a Estados Unidos, en el marco del Tratado de Aguas de 1944, no pondrá en riesgo el abasto para consumo humano ni para la agricultura dentro del país. La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo y autoridades federales insistieron en que las negociaciones con Estados Unidos se realizan bajo criterios técnicos y respetando la disponibilidad real del recurso hídrico.

En conferencia de prensa, Sheinbaum explicó que el acuerdo alcanzado con la contraparte estadounidense contempla prolongar y escalonar las entregas de agua que México ha debido proporcionar, de acuerdo con lo estipulado en el tratado bilateral. Señaló que la falta de lluvias en años recientes  se complicó el cumplimiento estricto del calendario original, pero subrayó que nunca se ha entregado agua que afecte a los mexicanos ni a los agricultores nacionales.

La Secretaría de Relaciones Exteriores detalló que, como parte de la implementación del tratado, México se comprometió a liberar más de 249 millones de metros cúbicos de agua, cuyo envío comenzará en diciembre y continuará hasta finales de enero de 2026, en el contexto de las obligaciones del ciclo vigente. Las partes también acordaron continuar las negociaciones técnicas para definir un plan que abarque la reposición de volúmenes pendientes del ciclo anterior.

Autoridades mexicanas señalaron que el tratado permite acumular entregas y compensar déficits cuando existen condiciones excepcionales como sequías, lo que ha sido clave para diseñar las modalidades de entrega que no comprometen el consumo interno ni el suministro a comunidades rurales y zonas agrícolas. Además, se llevan a cabo obras de tecnificación y conservación en distritos de riego para optimizar la gestión del agua disponible.

La postura de México busca dar certidumbre tanto a la población como a sectores productivos, en medio de tensiones diplomáticas que incluyeron amenazas de aranceles por parte de Estados Unidos en caso de incumplimiento. El Gobierno federal ha subrayado que cumple con sus obligaciones dentro del marco jurídico internacional, y que lo hace sin sacrificar las necesidades internas del país.