Pasan los días y talleres gráficos de México sigue sin informar sobre la producción de boletas y materiales electorales
A menos de dos meses de la jornada electoral del próximo 2 de junio, crece la preocupación, entre autoridades electorales federales y locales, en torno a la posibilidad de que Talleres Gráficos de México (TGM) y su directora, Maribel Aguilera Chairez, no cumplan con lo acordado en los convenios específicos de colaboración que diversos Institutos Estatales Electorales firmaron con esa instancia de la Secretaría de Gobernación.
Los niveles son de alarma ya, tomando en cuenta que la funcionaria del gobierno de la 4T acumuló contratos a nivel federal y estatal para la elaboración de documentación y materiales electorales diversos, que serán utilizados en las próximas elecciones, y no hay reportes ni información sobre el avance de estos trabajos.
A pesar de insistentes solicitudes de los representantes de los medios de comunicación para revisar los números en torno a la elaboración de documentación y materiales electorales a los que se ha comprometido la directora de Talleres Gráficos de México, ella sigue sin precisar cómo le hará para cumplir con los compromisos asumidos con el INE y los Institutos Estatales Electorales.
Tradicionalmente, en el caso de los procesos electorales estatales, las boletas para los comicios locales se imprimían con proveedores locales seleccionados por los Organismos Públicos Locales Electorales (OPLES). Pero ahora, Maribel Aguilera Chairez presionó a los funcionarios electorales estatales para que dieran la producción de las boletas electorales a TGM, aduciendo que contaba con toda la capacidad técnica, operativa y de infraestructura para hacerlo.
Maribel Aguilera Chairez firmó compromisos por un total de 430 millones de boletas, con lo que tiene en sus manos concentrado casi el 82 por ciento de la producción de la documentación electoral. Para lograrlo, TGM necesita la ayuda de terceros, ya que no está en capacidad de producir por sí solo esa cantidad de boletas, en la única instalación que tiene TGM en la calle Canal del Norte de la Ciudad de México. Más aún si tomamos en cuenta que la ley marca que todas las boletas deben estar en poder de los Consejos Distritales de todo el país, a más tardar el próximo 18 de mayo, es decir 15 días antes de la jornada electoral.
Talleres Gráficos únicamente ha entregado al INE las boletas para la elección presidencial, pero faltan las correspondientes a las elecciones para senadores y diputados federales. La sola elaboración de la documentación para la elección federal tiene sus complicaciones, pero no conforme con esto, la titular de TGM se propuso imprimir también las boletas, actas, listas nominales, etc. para los institutos electorales locales, lo que se convierte ya en un riesgo grande para todo el proceso. Y a ello habría que agregar el material electoral, como urnas, mamparas, casillas, crayones, etc., que Talleres Gráficos de México se ha comprometido a elaborar con distintos Institutos Electorales Estatales del país.
Maribel Aguilera Chairez se escuda diciendo que tiene la capacidad para hacerlo, pero sabe que miente ya que va a necesitar subcontratar, vía Artículo 1º de la Ley de Adquisiciones, la impresión de las boletas a su grupo empresarial consentido propiedad de Juan Sebastián Estrada, dueño de Gráficas Corona JE; Ideeo 4.0, Ideeo lab, Grupo Fogart y One To One, para sacar adelante el trabajo.
Los focos rojos se han encendido entre diversos OPLES debido a que ya hay ejemplos concretos de los incumplimientos en los que ha incurrido Talleres Gráficos de México. Lo que ocurre en el Estado de México es sintomático; ahí, el Instituto Estatal Electoral ha señalado que TGM lleva un retraso de varios meses en la entrega de los materiales electorales para los simulacros.
Otro caso es Guanajuato, donde los integrantes del Instituto Estatal Electoral decidieron hacer a un lado a Talleres Gráficos de México porque no quieren arriesgarse a quedar mal con los electores por los incumplimientos en la entrega de la documentación y materiales electorales que ya son característicos de esa entidad de la Secretaría de Gobernación.
El ejemplo cunde y la preocupación crece, porque varios OPLES se están dando cuenta que fueron engañados por la señora Aguilera Chairez quien no cuenta con las instalaciones y la capacidad para realizar los trabajos acordados.
En estas circunstancias, la entidad responsable de fabricar más del 80 por ciento de las casillas e impresión de boletas, actas y listas nominales será Talleres Gráficos de México, que no cuenta con la capacidad ni experiencia y que, de acuerdo con estudios del propio Instituto Nacional Electoral (INE), es la empresa, junto con Gráficas Corona, peor calificada como proveedor.
Por si lo anterior no fuera suficiente, baste mencionar que TGM está llevando a cabo un trabajo adicional que, por cierto, jamás ha realizado, pero que la ambición de la señora Maribel Aguilera Chairez la ha llevado a comprometerse a producir 510 mil urnas, 170 mil portafolios de seguridad, además de miles de mamparas, crayones y tintas indelebles solo para la elección federal.
Todos estos números surgen a partir de hacer las cuentas de las 170 mil casillas que serán instaladas a nivel nacional, y tomando como base que en cada casilla habrá 3 urnas para la elección federal, es decir, para votar por presidente de la República, diputados y senadores.
Con todo lo anterior, resulta sorprendente que la directora de TGM siga en su cargo, cuando es evidente que su desbocada ambición está poniendo en riesgo el proceso electoral 2024, el más grande y complejo de la historia del país. Este es un asunto que debiera estar en la agenda de partidos y candidatos, más ahora que viene el primer debate presidencial.
¿Cumplirá TGM con los compromisos asumidos? ¿Qué pasará si no lo hace? ¿En quién recaerá la responsabilidad de estas fallas? Por lo pronto, la falta de transparencia por parte de la titular de TGM incrementa la incertidumbre y las dudas sobre si cumplirá, en tiempo y forma con lo pactado. Por sí misma, lo dudamos. Pero para ello, sabe que cuenta con la ayuda de sus empresas amigas. Aunque sea torciendo la ley al subcontratar a terceros para lograrlo.