Qué debes saber si necesitas planificar un funeral

El momento de planificar un funeral es de gran importancia, ya que es la manera en la que se elige despedir y conmemorar a un ser querido. Contando con la información necesaria, se puede disponer de recursos o servicios para facilitar el proceso.

El funeral consiste en el último acto de amor con los amigos y familiares. Y aunque los preparativos en torno a él no sean de lo más agradables, es necesario contar con determinada información para que todo salga de la mejor manera posible. 

En primer lugar, habrá que contratar los servicios de una funeraria. Es decir, una empresa que se encarga del entierro, la incineración, y demás servicios y gestiones fúnebres. 

Qué servicios ofrece una funeraria

Como mencionamos, los servicios que brinda una empresa funeraria consisten en las distintas gestiones referidas al deceso de una persona. En este aspecto, contar con el asesoramiento de eFuneraria puede ser la opción indicada. 

Esta empresa, considerada la primer funeraria online en España, se dedica a ayudar a los familiares y amigos de la persona fallecida a llevar a cabo los trámites correspondientes. En su página, https://efuneraria.com/, se encuentra toda la información disponible para despejar dudas, consultar precios y demás inquietudes acerca del servicio.

Ahora bien, las gestiones a realizar abarcan el ámbito administrativo, tanto como el entierro como la incineración. En cuanto a los trámites administrativos, algunos de los aspectos en los que una funeraria ejerce su trabajo tienen que ver con el registro de los datos de defunción; las autorizaciones sanitarias; reservas en cementerios o crematorios. 

Para las últimas fases del servicio, la empresa se encarga de la ordenación del tipo de féretro a utilizar para el traslado de los restos; la selección y alquiler de un vehículo fúnebre; y el acondicionamiento del difunto, mediante técnicas de tanatoestética y tanatopráxia, llevadas a cabo por profesionales especializados.

Todas las gestiones son realizadas con la previa aceptación del círculo familiar o de las personas cercanas al difunto, habiendo consultado en una entrevista previa la manera de proceder. Además, normalmente es la familia o las personas más allegadas quienes disponen de la información necesaria para iniciar el proceso funerario. 

Cuál es la diferencia entre una funeraria y un tanatorio

Muchas veces, ambos términos se confunden, y aunque presentan similaridades no son lo mismo. Por esto se hace necesario remarcar las diferencias. 

Principalmente, un tanatorio es un establecimiento, propio de una empresa ya sea municipal o privada, en el que se velan los restos del difunto durante el tiempo previamente estipulado por la familia o su círculo de allegados, y de acuerdo a las creencias religiosas del fallecido. Mientras que, como se mencionó anteriormente, una funeraria es la empresa encargada de brindar un servicio compuesto por diferentes gestiones. 

Un tanatorio consta, además, de otras zonas, como las zonas de preparación (en las que se acondiciona al difunto), y cámaras o habitaciones refrigeradas, conectadas a las salas de velatorio. Es un edificio que dispone de las cualidades técnicas e 

higiénicas para que se pueda llevar a cabo la celebración del sepelio o inhumación de los restos. 

Por otro lado, el tanatorio cuenta con otros servicios asociados para los familiares, como la venta de lápidas, féretros, coronas, además de que, en algunos casos, también brinda asesoría jurídica o asistencia psicológica. 

Hay distintos tipos de tanatorios, por lo que es una buena idea consultar con un directorio para obtener los datos necesarios. En https://www.tanatorio.info/ se puede acceder a una guía de tanatorios en distintas zonas de España, e información acerca de sus respectivos servicios, formas de contacto y dirección. 

Lo cierto es que despedir a un ser querido y organizar un funeral puede ser una de las tareas más difíciles. Pero contando con el asesoramiento indicado y la contención del grupo familiar, amigos y allegados, es posible facilitar el proceso y garantizar una despedida amena, respetuosa y acorde tanto a los deseos de la misma familia como a los que la persona fallecida pudo haber manifestado en vida.