Cita con Clío

LOS RESPONSABLES DE LA PÉRDIDA DE TEXAS. Siempre se nos decía y continúa enseñándose en las escuelas oficiales, siguiendo los maestros a los historiadores cuyas obras les sirven de texto, que el principal y único responsable de la pérdida de la provincia de Texas fue don Antonio López de Santa Anna a quien le achacan no solo ese sino todos los males que México padeció durante la época en que tuvo que actuar política o militarmente, no obstante lo cual ocupó nada menos que ONCE VECES la presidencia de la República y a quien también siguieron en su larga trayectoria, políticos liberales como Gómez Farías y Benito Juárez y conservadores como don Lucas Alamán y Anastasio Bustamante entre otros muchos.

Aunque la pérdida de aquella provincia ya estaba decretada de antemano por los pérfidos gobiernos estadounidenses de la época, mucha de esa responsabilidad recae principalmente sobre nuestros primeros gobiernos republicanos y, sobre todo, el de don Vicente Guerrero (“uno de los grandes culpables –afirma don Francisco Bulnes- de la tragedia de Texas) que entregándose ingenuamente a los agentes o representantes del gobierno estadounidense, dejaron que aquel codiciado territorio continuara poblándose con colonos esclavistas yanquis; y aunque el presidente Guerrero, para detener el mal que ya estaba muy avanzado, decretó el 15 de septiembre de 1826 la libertad de todos los esclavos introducidos o por introducir en territorio mexicano, las autoridades colonialistas texanas comprendiendo que únicamente contra ellos iba dirigido ese decreto, “asumieron una actitud en tal grado amenazadora” que el presidente Guerrero “tuvo la debilidad de humillarse ante la arrogancia de los negreros, declarándolo inaplicable a Texas”.

Semejante actitud tolerante dio por resultado que la superioridad numérica de los colonos estadounidenses en Texas se acrecentara en forma tal, que de 4,000 que eran en 1820 llegaran a 20,000 en 1830; a 30,000 en 1836 y a 100,000 en 1846 sin contar unos 35,000 esclavos que convivían con ellos.

Todo lo que llevamos dicho lo comprueba el informe que el ministro de Relaciones del gobierno de don Anastasio Bustamante, don Lucas Alamán, presentó al Congreso de la Unión el 8 de febrero de 1830 que por su importancia extractamos a continuación:

“Es tal la independencia de que gozan los colonos estadounidenses en Texas y llega a tal la superioridad de que disfrutan a tal punto que, decretada la abolición de la esclavitud… el comandante de la frontera de aquel Estado manifestó que no esperaba que jamás fuese obedecido dicho decreto, a menos de que los obligase una fuerza superior de que él carecía. Esta resistencia ha traído las cosas a tal punto que se creía esta fuese la ocasión del rompimiento; y para evitarlo se dio por exceptuado a aquel departamento, del cumplimiento de esta disposición. Con esa providencia desacertada, el señor Guerrero permitió continuara la esclavitud en Texas: declaró libres a los que no necesitaban de esa declaración para serlo, pues lo eran de hecho, e hizo esclavos a los que no lo eran; pues habiendo pisado los negros el territorio de la República, con esto solo habían adquirido la libertad en virtud de leyes anteriores”.

Sobre aquella superioridad numérica a que antes aludimos, Alamán agrega que “la legal que van a tener por el decreto de aquella Legislatura que declara ciudadanos a los extranjeros a los cinco años de residencia en el Estado, y en cuya consecuencia van a serlo la mayor parte de ellos en el año inmediato; el haberse hecho dueños de los mejores puntos, y el haber podido llevar adelante impunemente su política sin que se les haya obligado a cumplir los contratos para su establecimiento, ni se les haya embarazado situarse en las fronteras y en otros parajes que les está prohibido por leyes y órdenes vigentes, y sobre todo, el haber tolerado esa introducción de aventureros, todo esto ha originado su preponderancia en Texas, cuyo departamento casi no pertenece ya de hecho a la federación mexicana, pues que en él se obedecen o no, al agrado de los colonos, las providencias del gobierno, y parece muy próximo el momento de arrebatarnos aquel terreno y agregarlo a Estados Unidos del Norte”.

Y después de otras muchas revelaciones sobre tan delicado asunto, el ministro Alamán propone algunas urgentes medidas proteccionistas, entre otras “promover el aumento de la población mexicana aun con los condenados a presidio… facilitar la colonización con individuos de otras naciones cuyos intereses, costumbres y lenguaje difieran de los norteamericanos… y establecer una larga línea de fuertes para asegurar la frontera y contener la migración de colonos norteamericanos”.

Para finalizar el informe en cuestión, don Lucas Alamán decía estas proféticas palabras: “O el gobierno ocupa ahora Texas (con esas medidas) o lo pierde para siempre, pues no habrá que pensar en reconquistar en el supuesto que nuestras bases de operaciones estarán a 300 leguas de distancia, mientras que el enemigo pelea inmediato a sus recursos “.

Y sucedió lo que Alamán preveía, pues no obstante que el presidente Bustamante ejecutó sin tardanza el decreto que contenía aquellas disposiciones salvadoras, éstas fueron nulificadas por el gobierno de don Valentín Gómez Farías para complacer al vicepresidente texano Esteban Austin con la ayuda del traidor Lorenzo de Zavala.

FRASE. “¿Quién es sabio? El que aprende de todos. ¿Quién es poderoso? El que gobierna sus pasiones. ¿Quién es rico? El que es feliz. ¿ Quién es ese? Nadie.” Benjamín Franklin.

FUENTES CONSULTADAS:

1) Lucas Alamán. Disertaciones sobre la historia de la República Mexicana. Conaculta.

México. 1991.

2) https://es.scribd.com/document/277988192/Francisco-Bulnes-Los-Grandes-

Problemas-de-Mexico Consulta: 23/01/2020.

*) Licenciado en Administración Pública y Ciencias Políticas por la Facultad de Ciencias Sociales y Políticas de la UABC y, en Historia por la Facultad de Ciencias Humanas de la UABC. Investigador del Archivo Histórico del Municipio de Mexicali. IMACUM. Email: lerdok57@hotmail.com.

Facebook: Francisco Javier Palacios Flores.



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