CITA CON CLÍO.
FRASE. “La Historia admite que el pasado da razón del presente; pero a la vez,
supone que el pasado solo se descubre a partir de aquello que explica: El presente”.
Luis Villoro.
LA EXPEDICIÓN CHAPMAN. Esta expedición se realizó en el año de 1873, del
primero al 26 de agosto; el señor I. E. James, ingeniero encargado, fue enviado desde
San Francisco, California, por el señor Chapman para hacer ciertas encuestas y
observaciones en las tierras que bordean los ríos Colorado y Nuevo, llevando al
doctor Samuel Pudrí Jr., como asistente. “Su equipo, cuando se internaron en estos
lugares, de los cuales se sabe tan poco en el mundo externo, consistía de ocho
hombres, un carretón y un caballo de cargo. Del punto donde dejaron la carretera
Fort Yuma, prosiguieron por terreno desértico como por veinticinco minutos,
llegando al lugar del rio Nuevo, del que se dice tener una gran cantidad de tierra
fértil, que se forma debido a los desbordamientos que inundan esa sección. De ahí
hay cincuenta millas a la bocana del Hardy’s Colorado y veintitrés millas y media de
ahí hasta la bocana del rio Colorado, en la isla Montague.
La partida se dirigió a la derecha de la montaña Signal (El Centinela), que se
encuentra cerca de la línea fronteriza entre Estados Unidos y Baja California, a la
cabeza de la sierra Cucapá.
El Lago Maquata. Este buen manto aurífero tiene como treinta y cinco millas
de longitud y un promedio de diez de ancho. Se ha descrito su agua como
intensamente impregnada de sal. Su nombre significa cabello, así la llaman los indios
Cucapá, debido a la rara planta marina que crece en el. Las orillas están cubiertas con
esta hierba, que arrastra la corriente y que semeja un cabello. La punta norte del
lago está al pie de la montaña Signal y se extiende hacia el sur hasta dieciséis millas a
la parte baja de la cordillera de la sierra Cucapá. De hecho el lago se localiza como si
estuviera en un amplio valle, entre las sierras Cucapá y costanera. Está a solamente
catorce millas de los pozos indios, sobre la carretera a Yuma, a la parte norte del
lago… el monte Pudrí (Cerro Prieto) un volcán extinto, se encuentra en la cima de la
división entre la región del desierto hacia el norte y la región fértil hacia el sur.
El clima caluroso. Mientras la expedición estuvo en la región desértica el calor
era casi intolerable. El termómetro indicaba regularmente cada tarde, a las tres, 114°
en la sombra. Por lo regular descendía a los 70° y 80° en la noche, pero antes de que
la expedición llegara a Monte Pudrí el mercurio subió a los 110° en la noche. Después
de pasar dicho monte, encontraron un magnifico clima, debido a la brisa del golfo.
Los indios Cucapá. Esta tribu de indios habita la meseta cercana a espaldas de
la sierra Cucapá, y se opone a toda invasión. Cuando la expedición entró en sus
dominios, se reunió en Punta de Rocas Hardy’s Colorado una delegación de indios
que querían saber que negocios llevaban.
No les gustó que la expedición tuviera que atravesar su territorio. Finalmente
se hizo un arreglo de significado dudoso, por el que se permitiría a los señores James
y Pudrí que prosiguieran con un hombre y un caballo de carga… constantemente los
seguían los indios, y de cuando en cuando estos últimos se metían al campamento.
Los indios son altos y bien parecidos en su indumentaria de jardín del edén.
Una india bonita es más bien la excepción que la regla. Ellas usan una especie de
falda hecha de corteza, que llega un poco más arriba de la rodilla.
Durante el tiempo que los ingenieros estuvieron en territorio indígena, sus
víveres consistieron en harina, azúcar y café. Se vieron obligados a subsistir durante
diez días a base de harina y agua y cuando se les terminó la provisión, vivieron por
tres días de lo que se llama “hierba de puerco”, la cual cocinaban y comían como
verdura, pudiendo averiguar que es muy nutritiva.
Las cercanías de la desembocadura del Colorado. La expedición acampó con
su guía indio, en la ribera oeste del rio Colorado opuesta a la isla Montague, y
directamente enfrente al astillero de la compañía de navegación a vapor del
Colorado, que está en el lado de Sonora costanera. Toda la tierra que yace en la
desembocadura del rio y el Hardy’s Colorado –veintitrés y media millas- está a cinco
pies de las mareas altas y no vale nada, según informes que obtuvo el teniente Ives
en su informe.
Los manantiales de marea alta. En la desembocadura del rio Colorado se
levantan a una altura de treinta pies, y se dice que presentan un espectáculo
sublime. Cuando hay inundación en el rio, la marea encuentra al torrente en su curso
hacia el mar y en la lucha por el señorío entre estas dos fuerzas poderosas, las aguas
se agolpan, formando un inmenso montículo. Finalmente el agua del golfo sobrepuja
y el vasto oleaje marcha rio arriba, retrocediendo tierra adentro, con un estruendo
que se oye a cinco millas a la redonda (todavía se puede disfrutar de este
espectáculo de las mareas los días de luna llena, en la zona de la bocana, al sur del
Indiviso y del Rancho Duarte). Este oleaje lo conocían los nativos como la “entrada”.
Se llevaba a varios botes mucho muy adentro y los dejaba en alto y seco. Los señores
James y Pudrí informaron que encontraron el mástil de un navío veinte millas tierra
adentro, el cual sin duda fue depositado ahí por estos oleajes de la marea”. (*)
FUENTE CONSULTADA.
*) Mexicali: una historia, UABC-IIHBC. Mexicali, 1992.
*) Licenciado en Administración Pública y Ciencias Políticas por la Facultad de
Ciencias Sociales y Políticas de la UABC y, en Historia por la Facultad de Ciencias
Humanas de la UABC. Investigador del Archivo Histórico del Municipio de Mexicali.
IMACUM. Email: lerdok57@hotmail.com. Facebook: Francisco Javier Palacios Flores.




