¿Cómo afectan las enfermedades de la tiroides la fertilidad?
En primer lugar, el hipotiroidismo; que significa tener disminuida la producción de hormonas tiroideas; se relaciona con problemas ovulatorios. Se ha determinado que el factor autoinmunitario es la principal causa de esta entidad; sin embargo también existen otras causas, como la remoción quirúrgica, la radioterapia y los tumores de la glándula.
Los padecimientos tiroideos ocurren en las mujeres en mayor proporción que en los hombres. Cuando una mujer padece hipotiroidismo lo más frecuente es que se sienta muy cansada, que aumente de peso o que tenga problemas para bajarlo. Así mismo también tienen intolerancia al frío, se les cae muy fácilmente el cabello y a veces pueden tener dificultad para concentrarse. Como mencionamos previamente, el hipotiroidismo se relaciona de manera estrecha con la infertilidad, esto porque altera la ovulación y la implantación. Cuando las hormonas tiroideas son bajas hay una inadecuada secreción de gonadotropinas (hormonas sexuales), y esto perjudica la conversión de los precursores de estrógenos a estrógenos, entre otras alteraciones. Se ha visto que las mujeres hipotiroideas tienen una mayor tasa de abortos, complicaciones en el embarazo y de pérdida gestacionales recurrentes. El hipotiroidismo también se relaciona con un aumento de la concentración de prolactina, lo cual interfiere con la secreción hormonal pulsátil normal de la hormona que libera gonadotropinas. ¿Cómo puede sospechar una mujer si padece hipotiroidismo? Además de los síntomas que mencionamos previamente; si una mujer tiene sangrados menstruales a intervalos irregulares, que varían en cantidad y duración; o sangrados poco frecuentes y escasos, puede ser que padezca hipotiroidismo. En aquellas mujeres que logran embarazarse las hormonas tiroideas son aún más importantes, no sólo para el adecuado desarrollo fetal; sino también para el mantenimiento del embarazo, ya que, como comentamos previamente, el hipotiroidismo se relaciona con una alta tasa de abortos espontáneos. Las mujeres que han intentado quedar embarazadas sin éxito por más de un año, tienen ciclos menstruales irregulares o no tienen o han tenido más de dos pérdidas deberán acudir a valoración para analizar el posible mal funcionamiento de la tiroides. Además, otro aspecto importante es interrogar acerca de familiares con enfermedades similares, pues una historia familiar de enfermedades tiroideas es otro motivo para solicitar análisis. Cuando la glándula tiroidea no segrega suficientes hormonas, es necesario un tratamiento para regularizar los niveles de las mismas; pues estas hormonas controlan las hormonas básicas femeninas, como los estrógenos y la progesterona, ambas vitales para el funcionamiento femenino y el embarazo. Como mencionamos previamente, la autoinmunidad es una causa muy frecuente de enfermedad tiroidea. Se ha descrito que la presencia de anticuerpos anti tiroideos puede ser un indicador de esterilidad. La autoinmunidad tiroidea se manifiesta en la mujer durante la etapa reproductiva y afecta la fertilidad y el proceso de embarazo. Actualmente existen normas para diagnosticar y vigilar el funcionamiento de la tiroides. Esto debe llevarse a cabo en el primer trimestre del embarazo. Debemos tener en cuenta de que durante el embarazo las cifras de hormonas tiroideas en sangre debe ser ligeramente menor que si no se está embarazada. Una baja reserva ovárica (número disminuido de ovarios restante) puede estar relacionada con niveles alterados de hormonas tiroideas. La buena noticia es que esta situación no afecta la respuesta al someterse a técnicas de reproducción asistida.
Recordemos que la función tiroidea está sumamente relacionada con la fertilidad femenina, por lo que es necesario hacer tamizaje a todas las mujeres y podemos tomar como límite superior aceptable 2.5µUI/mL de TSH (hormona estimulante de tiroides), sobre todo en mujeres que deseen embarazarse o que estén en su primer trimestre del¿ embarazo. Por otro lado, el hipertiroidismo es consecuencia de una secreción excesiva de hormonas tiroideas, que hacen que el metabolismo se acelere. El hipertiroidismo puede retrasar la maduración sexual en las niñas, aunque el crecimiento esquelético suele estar acelerado. Después de la pubertad, el aumento en las hormonas tiroideas plasmáticas puede alterar la función sexual, manifestándose por ciclos menstruales anovulatorios y por sangrados poco frecuentes y escasos; en estos ciclos, se han demostrado picos subnormales de hormonas. También se pueden observar ciclos de duración más corta en comparación a los previos al estado hipertiroideo. Otro elemento distintivo es que el flujo menstrual suele ser más escaso en cantidad (hipomenorrea). En conclusión, es muy frecuente que estas alteraciones pasen desapercibidas puesto que su sintomatología es insidiosa y varía dependiendo de cada persona. Existen ocasiones en las que se pueden tener como únicas alteraciones infertilidad o esterilidad inexplicables por otros factores.