Del Cambio ’89 al la Agonía ’10



Del Cambio ’89 al la Agonía
’10 El repentino cambio de la calma chicha al torbellino de la rabieta fue el
tránsito mental, que no político de Guadalupe Osuna Millán, por el que pasó en
su fin de semana, luego queriendo suavizar las cosas hizo una gira por la zona
cero del terremoto que, según él; no existió.



Cuando refirió la importancia de la alternancia, luego de su entrega del
tercer informe de gobierno, para luego en el desayuno “Gobernador Azul” tragar
gallinas tricolores, que tal parece se le indigestaron, pero también parece que
él es la gallina porque le dieron una muestra clara del ejercicio político que
no ha sabido desarrollar.
Y es que no es
para menos; las negociaciones de “compra”



de legisladores opositores para sumar a su “bancada ampliada”, no le han
funcionado como eran sus propósitos, habida cuenta que son los diputados los
que le traerán cortito con eso de las cuentas y los dineros, luego entonces
¿con qué ojo$ divina tuerta? Ya no tendrá la manga ancha de que han hecho gala
los azules.



¿Pero por qué no le funcionó la compra? Porque contra todo lo que se
esperaba, el priísmo llegó unido y negociaron muy bien el reparto del Poder
Legislativo con las fuerzas opositoras, bajo el influjo de que el futuro pinta
tricolor y más vale negociar con los posibles y, no con los que van en franca
caída, pero además su gobierno no se ha caracterizado por su ejercicio político
sino es el de la imposición y lo peor es que se ha “reforzado” con puro
chambista y corrupto en los recientes cambios en su gabinete.
Ahora sí; hablar mal por parte del panismo, es verse mal, ya no estamos en
los tiempos de que todo era aplaudido



y “cacareado” como una “gran puntada”, sólo nos ha mostrado de qué está
hecho, pero además mostró que respira por la herida, ya que no sólo cayó en
franco descrédito al declarar que no hubo tal terremoto, sino que salieron a
relucir en la pasada campaña político electoral sus “cuentas mochas” y fue el
blanco de todas las críticas, enseguida pierde la elección total, por si fuera
poco; los medios nacionales lo declararon el “peor gobernador” del país y para
cerrar con broche de oro; los priístas en el Legislativo le administraron un
píldora de su propia medicina y, lo peor; de política.



Esto último vaya que le cala hondo, dado que; él y su partido, llegaron al
poder a duras penas y bajo un claro fraude electoral mediante, lo hicieron por
segunda ocasión con dos partidos aliados, a los cuales sólo les dieron algunas
candidaturas y nada más, es decir; no hizo un gobierno de alianza, sino
panista; porque no saben hacerlo, en cambio el PRI y su aliado primigenio sí lo
hicieron en el Congreso, involucrando a todas las fuerzas, incluyendo a las
contrarias a él de su partido. Sin embargo, es de considerar –y es una opinión
muy personal, aclaro-, que lo que más le duele al saltimbanqui gobernador, es
que ahora sí va a estar en la oposición, ya que no se nos debe olvidar que él
es de los traidores que enterraron al priísmo y se cambiaron de partido, por
eso ahora les llama gallinas, pero lo raro del caso es ¿por qué quiere ahora
cacarear… estará pensando en cambiarse otra vez de camiseta y no se lo han
permitido? Osuna Millán se ahoga en la corrupción, en la ineficiencia, en la
ineficacia, en la mediocridad, en la altanería, en la soberbia, la complicidad
y demás, pero también, y ya lo estamos viendo; en la locura.



Así que lo que mejor debe hacer es ponerse a trabajar, limpiar la casa como
si la fuera a entregar, abatir los rezagos en todos los ámbitos, reestructurar
su gabinete en serio y con gente capaz, dejar trabajar a los otros dos poderes,
sentando las bases de un desarrollo en pro del Estado, dado que tiene mucho qué
ganar y nada qué perder.



 Estamos viviendo hoy en día, lo
contrario de cuando se diera el famoso “cambio” del 89 por una agonía (rabieta)
del 2010, tiempos traen tiempos y los del “gober precioso” ya se terminaron
¿quiere Osuna Millán saber cómo hacerlo?
Cobro
barato.




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