Evidencia o no

Que si no hay evidencia porque no hay evidencia, y si hay evidencia pues es que de seguro es falsa o mil y un excusas más.

Han habido dos noticias que han estado por todos lados a nivel nacional, tanto los #guacamayaleaks, éste grupo de hackers llamados Guacamaya que dieron a conocer millones de documentos con información de la Secretaría de la Defensa Nacional, tanto el libro El Rey del Cash, que por cierto haya sido a propósito o coincidencia, curioso que le hayan llamado el Rey del cash, que además muy ad hoc me suena a “con dinero o sin dinero, yo hago siempre lo que quiero, y mi palabra es la ley”; pero en fin, un libro el cual a base de prácticamente relatos por parte de Elena Chávez, ex esposa de César Yañez, uno de los hombres más cercanos a López Obrador desde el año 2000 y actual subsecretario de Gobernación, algo así como el tercero al mando en el país, nos habla sobre cómo los operadores del actual presidente obtuvieron miles de millones de pesos a través de 18 años por medio de corrupción.

Evidencia o no, es de preocuparnos la información, pues el presidente, como cualquier político tienen fecha de expiración en su puesto, y a las que nos dejan con los problemas son a las personas, así que aquello de la exigencia por las soluciones y la continuidad de las buenas acciones que sí hacen nos lo debemos de tomar más en serio.

A lo único que se debe de defender es a la información y en dado caso de que no exista su evidencia, hacer el esfuerzo por encontrarla. Uno de los grandes problemas que tenemos es que nos encerramos en defender al individuo y no a los hechos, defendemos la palabra y no la acción.

Y se entiende, pues ha sido tan pobre el trabajo que han hecho nuestros políticos a través de los años, que es muy fácil caer en discursos, que cuando nos hablan bonito, preferimos defender a capa y espada en vez de detenernos a analizar si se están implementando lo prometido. Que si hacen una cosa bien, quieren que los felicitemos y alabemos como si hubieran solucionado el mundo, pero se nos olvida que el que hagan un buen trabajo es una obligación, no un favor.

Y muchos podrán seguir atacando e insultando a través de redes sociales cobardemente detrás de una pantalla, pero el discurso de odio, lo único que provoca son acciones de odio, y esa es una consecuencia que nos va afectar absolutamente a todas.

Da miedo buscar y saber la verdad, más cuando nos vamos dando cuenta de lo turbia que está, pero da más miedo vivir en un país en el que reina la impunidad, el nepotismo, la inseguridad y la corrupción, un país donde pueden seguir robando sin consecuencias, un país en el que cuando desaparece o matan a un familiar, amigo o conocido no va a haber una investigación, un país en el que como no nos importa ni aceptamos la evidencia, cuando el delito sea hacia nosotras, no pasará nada.




NOTAS RELACIONADAS

Por: Fernando A. Mora Guillén / Febrero 16, 2024
Por: Ismael Cala / Febrero 13, 2024