La Toja y su foro liberal
Hace unos día asistí al Foro La Toja, vínculo Atlántico autodenominado como “un espacio para la reflexión” y que en algún medio de comunicación español se exaltó como la idea de un nuevo Davos pero localizado en España.
Yo asistí con muchas expectativas interesada sobre todo por escuchar qué decían los expertos acerca de la irrupción de la Inteligencia Artificial; de cómo solucionar los retos acuciosos relacionados con el gran movimiento migratorio global y conocer sus opiniones sobre otro de los temas de enorme calado actual: el futuro de la política liberal y el destino de la democracia.
Un tema de preocupación que traspasa las fronteras ibéricas, atañe a todas las democracias occidentales, en momentos cruciales de espectros nacionalistas, localistas y xenófobos.
Es como si años de oscuridad pretendieran cegar el entendimiento humano, retrotraernos a una época vivida con sangre y dolor, de la que supuestamente las generaciones actuales hemos salido victoriosas, indemnes en medio de una paz vacilante pero bajo el entendimiento de que otra gran guerra global sería devastadora y terminal.
Me pareció interesante conocer la opinión del empresario José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica, al respecto de la Cuarta Revolución Industrial que transitamos acaloradamente y que supondrá con la digitalización avasallante buscar formas de cómo sobrevivir… sobrevivir, adaptarse y salir venturosos.
“España está más preparada que nunca para afrontar esta nueva revolución industrial, que todos esperamos sea inclusiva y justa. Se pueden tener muchas ventajas, a pesar de los riesgos como el robo de datos o la ciberdelincuencia; lo importante es no quedarse atrás”, expresó Álvarez-Pallete.
Es una fase delicadísima y crucial en términos económicos y productivos, tan significativa como cuando en la Primera Revolución Industrial, máquinas como la Jenny, desplazaron a muchos obreros de las fábricas hiladoras. Eso aconteció en 1770.
La máquina del vapor, el diésel, los vehículos de combustión, la gasolina todo cuanto ha sido tecnología nos ha beneficiado sí pero también ha tenido sus consecuencias colaterales… han desaparecido cientos de oficios.
El drama actual es que la revolución digital con la Inteligencia Artificial terminarán sepultando muchos más oficios y esta vez muchísimas más profesiones, algunos que tradicionalmente hemos considerado como insustituibles como médicos cirujanos serán en determinado momento también desplazados.
A COLACIÓN
Hubo otras intervenciones como la de Antonio Vitorino, director General de la OIM de Naciones Unidas en un panel junto con Cristina Gallach, Alta Comisionada de la Agenda 2030, debatieron sobre las migraciones, como un enorme movimiento global, imparable y al que hay que orientarlo para que tenga sus aspectos positivos en potencia.
Por ejemplo, el volumen de remesas movilizado anualmente es una masa cuantiosa de dinero, Gallach señaló que el Banco Mundial tiene datos de 690 mil millones de dólares en remesas, tan crecientes, que han superado a la Inversión Extranjera Directa (IED) como la mayor afluencia de capital en el extranjero.
En ese sentido, Vitorino habló de su potencial “la inmigración no es mala cosa” hay que trabajar en la adaptación, sabemos dijo el funcionario de la ONU, de la evolución de la sociedad, una parte los rechaza; hay una tendencia a la desglobalización.
Esa vuelta a lo nacional, a lo local, al chovinismo de la patria primero, el país solo para los naturales, que exalta el discurso del odio al otro y al diferente, todas son expresiones que se usan para cerrarle las puertas a la inmigración. Como sucede con el Brexit.
El plato fuerte de este coloquio que duró tres días fue el debate de 100 minutos entre el ex presidente Mariano Rajoy y el ex presidente Felipe González, dos piedras angulares importantes, el primero del Partido Popular; el segundo, gurú máximo y barón esencial del Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
Ambos cuestionaron que España no tenga gobierno y que la nación ibérica vaya a otras elecciones generales el próximo 10 de noviembre; los dos coincidieron en la necesidad de hacer pactos incluso “incómodos” para facilitar la gobernabilidad. Aunque desde luego, Rajoy volvió a poner la llaga en la crisis de representación que se vive actualmente porque no se puede gobernar durante cuatro años con 123 escaños, ni siquiera con 140… es menester reforzar las mayorías. Lo más lamentable en La Toja fue su organización, el maltrato que nos dieron a los periodistas excluyéndonos de ver las mesas de debate, de entrevistar a las personas allí reunidas, se llegó al punto de pedirle a los guardias de seguridad que nos impidieran hasta subir las escaleras de la casa donde se llevaba a cabo el evento. ¿Para qué convocan entonces a la prensa?
Directora de Conexión Hispanoamérica, economista experta en periodismo económico y escritora de temas internacionales