¿Los cárteles mexicanos de la droga, son grupos terroristas?
De acuerdo a la Real Academia de la Lengua Española, el terrorismo es: “la actuación criminal de organizaciones que reiteradamente y por lo común, de modo indiscriminado, pretenden crear alarma social con fines políticos”. Es en otras palabras: “el uso sistemático del terror, por medio de la violencia, utilizado por organizaciones o grupo de individuos, para promocionar sus ideologías y objetivos partidistas, religiosas o racistas, y así, hacerse del poder político de un Estado”.
En tanto que, por narcotráfico se entiende a: “el comercio de sustancias tóxicas, dañinas para la salud, cuya fabricación, distribución y venta están prohibidas, o excepcionalmente reguladas, por la ley”.
A partir de estas definiciones, pareciera que queda bastante claro que el narcotráfico y el terrorismo son cosas notoriamente distintas, pero ¿En realidad es así?
Las familias Johnson, Langford, Miller y Lebaron, en la solicitud formal que hicieron a la Casa Blanca, el pasado 25 de noviembre, para que esta designe a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas internacionales, explican que estos grupos tienen dicha naturaleza debido a que “por medio del control que ejercen sobre el flujo de drogas ilegales traficadas a Estados Unidos desde México, buscan hacerse del poder político para crear un narco-Estado mexicano”.
Ahora bien ¿Por que razón es que resulta relevante que los Estados Unidos cataloguen a los cárteles de la droga como grupos terroristas internacionales?
Ello es debido a que de esa manera, Estados Unidos podría, válidamente, tomar una ofensiva activa en contra de estos grupos criminales, pudiendo incluso, introducir sus tropas a nuestro país, sin que se considere como una intervención o ataque a la soberanía nacional, pues tanto la Organización del Tratado del Atlántico Norte “OTAN”, así como la Organización de las Naciones Unidas “ONU”, de las que el Estado Mexicano forma parte, han decidido tomar, como medidas necesarias para frenar el terrorismo internacional, el uso de la fuerza militar que sea necesaria, sin que sea relevante que estas sean proporcionadas por algunos de los países miembros.
Como era de esperarse, el gobierno de México se opone a lo que considera un intervencionismo por parte de Estados Unidos, de darse el caso de que este país catalogue a los cárteles como terroristas.
Mas allá del debate político sobre si catalogar o no a estas acciones y a estos grupos como terroristas, es claro que hay un clima de miedo muy extendido en la sociedad mexicana por los altos niveles de violencia existentes en prácticamente todo el territorio nacional, principalmente en los Estados de Tamaulipas, Sonora, Chihuahua, Sinaloa y Michoacán.
Es un hecho irrefutable, que la política de “no agresión” del gobierno federal no está funcionando, al contrario, pareciera que está ocasionando el desembalaje del Estado de Derecho, permitiendo que estos grupos criminales impongan su propia ley sobre la de las instituciones. La del más fuerte.
La protección de la vida y la seguridad de las personas tiene la máxima prioridad, por lo que resulta secundario si ello se logra gracias a la intervención de tropas mexicanas, de organismos internacionales o de otros países.
Como siempre un placer saludarlo, esperando que estas pocas letras hayan sido de su agrado y sobre todo de utilidad ¡Hasta la próxima!