Perspectiva

Qué difícil es no hablar de la pandemia. El tema nos tiene francamente cansados, las cifras ya no las entendemos, Entre asintomáticos, fallecidos, intubados, casos sospechosos y recuperados, ya se me ha enredado todo, es una numeralia difícil de seguir. Hay quienes están aterrorizados y siguen encerrrados a piedra y lodo y otros que hartos del encierro han salido ya a retar al virus. Pero la realidad es que la pandemia existe y en un descuido, hasta nos morimos o como eufemísticamente dice el secretario de salud del estado, “perderemos la batalla”
Los gobiernos de todo el mundo están enfrentando una situación inimaginable que afecta no sólo la salud sino todo el funcionamiento social. En todos los sectores se enfrenta la crisis y atendiendo de manera inmediata lo más urgente y como dice el refrán, “que lo urgente no deja paso a lo importante”, hay temas que se están rezagando y a largo plazo se verán funestos resultados, el tema de la educación es uno de ellos.
Se ha anunciado que el regreso del alumnado será el diez de agosto bajo las medidas sanitarias adecuadas en las escuelas. No soy ave de mal agüero pero eso me parece que no funcionará bien, quizás los primeros días, luego poco a poco se relajará la disciplina, se acabará el gel desinfectante y quizás desaparezcan los tapetitos de la entrada. No tardará mucho en que los niños en pleno uso de su energía acumulada, correrán por los pasillos sin usar el cubrebocas. Si en condiciones normales, mantener la disciplina ha sido siempre un reto para los maestros, bajo estas circunstancias, será peor.
Y hablo de escuelas con el nivel económico suficiente que les permitirá comprar lo que se requiere para la higiene, pero ¿y las otras? Las escuelas pobres, las marginadas, ¿Cómo le van a hacer? Los maestros como siempre, serán los que enfrenten la realidad y si los médicos en los hospitales claman por insumos y no llegan los suficientes, ¿Será que al rato también veremos manifestaciones de maestros en las calles, pidiendo gel desinfectante?
Abrir o no abrir, ese es el dilema. California abrió y volvió a cerrar. No dio resultados, los contagios aumentaron. En nuestro estado, mientras Tijuana ya se vive la nueva realidad en centros comerciales y restaurantes, en Mexicali apenas se inicia el proceso de apertura en restaurantes. Los gimnasios también próximamente abrirán y prometen cumplir cada una de las medidas sanitarias al pie de la letra, los restaurantes presentaron su plan de Mesa Segura que garantiza cumplir cada uno de los protocolos sanitarios estipulados. Mis dudas subsisten. En la ciudad de México se abrió el centro histórico y podrán acudir a él por orden alfabético de apellido, por supuesto que esta absurda medida fue cumplida en ningún momento, las calles están abarrotadas de gente y ni la mitad trae cubrebocas ya también hay la advertencia de dar marcha atrás en esta apertura
No es fácil controlar esto. Los gobiernos dedican ahora toda su atención al problema y la gente clama por ayuda más efectiva. ¿Qué gobierno puede hacerlo? Se hacen recortes aquí y allá, pero nunca es suficiente.
El mundo es otro y es importante reconocerlo porque es urgente y necesario salirse del paradigma, del modelo de vida que hemos llevado siempre. El Covid 19 y los otros que dicen que vendrán nos pone al borde del abismo y los gobiernos y cada uno de nosotros, tenemos que repensar en el modelo de vida que sigue, que tiene que adecuarse a lo que le llaman la nueva realidad, y esta, no es sólo usar cubrebocas y gel antibacterial. Va mucho más allá, revisar lo que hemos estado haciendo y planear hacerlo de otra forma totalmente distinta. Si el trabajo y la educación a distancia es una alternativa , perfeccionarla, porque ahora no ha dado los resultados esperados. ¿Y nuestra vida social y familiar? cambiar el paradigma, salirnos de lo conocido y entrar a otra dimensión de la vida no es nada sencillo, pero ese es el camino.