¿Quién mató a Obregón? ¡CÁLLEse la boca!
Varios historiadores coinciden en que la “Revolución Mexicana Armada”, culminó en realidad, con el asesinato del General Álvaro Obregón, siendo Presidente electo del país, el 17 de julio de 1928, el cual, según rumores no oficiales de la época, su autor intelectual fue el Presidente en funciones Plutarco Elías Calles, debido a fuertes diferencias de intereses entre ambos. De ahí el dicho popular de la época, ¿Quién mató a Obregón? ¡CÁLLESe la boca!
En lo relacionado al campo del derecho, la culminación de la Revolución Mexicana se dio con la Promulgación de la Constitución Política Federal, el cinco de febrero de 1917, la cual continúa vigente hasta nuestros días, si bien, con muchas reformas y adiciones a su texto original.
En esta nueva Ley Suprema del País, se reconoció, por primera vez, las garanti´as sociales y los derechos laborales colectivos del pueblo mexicano, así como la reivindicación de los trabajadores del campo, cuyas carencias fueron los verdaderos motivos por los que surgió dicho levantamiento armado.
En aquellos tiempos, la Revolución Mexicana nació de la necesidad de terminar con un régimen autoritario, opresor y despótico, que no sentía el menor respeto por la vida y el bienestar de la mayoría de la población, a la que tenía en extrema pobreza, en condiciones infrahumanas, de servidumbre y con extensas jornadas de trabajo a cambio de salarios miserables e injustos.
Desafortunadamente, la Constitución de 1917 no terminó de facto con las injusticias hacia el pueblo, pues las leyes no sólo deben dictarse, sino que, igual o más importante que eso, *se deben cumplir y hacer cumplir*, de otro modo serán, en el mejor de los casos, bonitos objetos decorativos sin ningún valor ni función práctica.
Las condiciones y circunstancias del México de principios del siglo pasado no son las mismas que las que se viven actualmente en el país. Por un lado, la población ya no está integrada en su mayoría por gente analfabeta e ignorante, sino por personas que conocen sus derechos y están informados momento a momento de los acotencimientos políticos, económicos y sociales de la nación, en gran parte gracias a las tecnologías de la información que están al alcance de prácticamente todos, y que cuestionan la falta de observancia de sus derechos por parte de las autoridades.
Sin embargo, lamentablemente, continúa sucediendo en nuestro país, el abuso del poder por parte de los gobiernos en turno. Presidentes de la República y sus administraciones que, han utilizados sus posiciones privilegiadas y a las instituciones públicas como instrumentos para el logro de sus intereses personales y beneficio particulares, sin importarles que con ello causen la desgracia, pobreza y desesperanza del pueblo.
Si bien, las circunstancias y particularidades del México actual son diferentes a las de principios del siglo pasado, en esencia son iguales: *Régímenes autoritarios y dictatoriales que no respetan el Estado de Derecho, quebrantando una y otra vez las garantías sociales y derechos humanos de la población en pro de sus propios intereses*.
Las erráticas e irresponsables decisiones tomadas por el Gobierno Federal en relación a la contención de la crisis sanitaria, así como la falta de apoyo a las empresas y patrones, imponiéndoles cargas económicas excesivas que no guardan congruencia con la situación de parálisis operativa generalizada por la que está atravesando el país, y el mundo, significarán las irreparables perdidas de vidas humanas que podían haberse evitado, y la quiebra de la mayoría de las empresas y establecimientos, seguida de la de millones de empleos. Ello puede ser la gota que finalmente derrame el vaso del hastió de la población, convirtiendo las palabras en acción.
Como siempre un placer saludarlos esperando que estas pocas letras hayan sido de su agrado pero sobre todo de utilidad ¡Hasta la próxima!

