Riesgos del clima extremo
En unas décadas más el clima será cada vez más extremoso, diversos estudios aventuran grandes transformaciones, para España, por ejemplo, pronostican un clima igual al de Marruecos.
Esta nueva oleada de calor infernal en Europa está provocando sustos entre la gente, los habitantes del Viejo Continente acostumbrados más a las heladas, se sienten sorprendidos por los elevados termómetros estivales.
Hay cosas para las que Europa no está preparada ya no digamos la parte Mediterránea más proclive a los veranos de sol y arena, me refiero al norte que lleva años viendo con poco alborozo cómo rompe la media de los 25 grados centígrados.
Porque una cosa es irse de vacaciones para disfrutar en otro país de sus costas y de su cielo, y otra es tener todos los días el sol abrasador encima de la cabeza.
En lo que va del verano, Europa ha experimentado dos grandes olas de calor, estos días continúa con insistencia la segunda, y las previsiones son de un agosto rompiendo los grados Celsius para imponer nuevas marcas históricas.
En 2003 tuvo el primer aviso de lo que vendría con el cambio climático, dicho año marcó un punto de inflexión con los valores observados en el siglo XIX y el XX.
Ese año Francia en particular tuvo varios miles de muertos por la pesada canícula, no corría el viento, se hizo un efecto horno que terminó deshidratando a muchas personas.
Lamentablemente, los meses más recientes ya superaron en temperaturas a las de 2003, eso sí, hasta el momento y afortunadamente sin miles de decesos, más que contados casos de golpes de calor.
Pero los daños a la infraestructura son numerosos, los trenes han debido parar en varias vías entre París y Bruselas a causa de los sofocos acumulados en los vagones.
Los metros en varias partes de Europa registran igualmente las quejas de los usuarios que sienten una pesada asfixia a causa de esta ola de calor que no se disipa.
Francia ha llegado a los 42 grados centígrados, y el norte de Europa como Dinamarca, Noruega, Finlandia, Suecia, Suiza, están arriba de los 38 grados centígrados.
En España, hay zonas como Toledo que han alcanzado los 40 grados centígrados, y el sur, en Andalucía, caracterizado por una calina superior a los 44 grados en ciertas áreas de Córdoba están con récords históricos.
El calor hace un círculo vicioso con el medioambiente: contribuye a la desertificación, seca los pantanos, baja los afluentes, las plantas sufren, los animales lo padecen y a los seres humanos les provoca igualmente alteraciones.
Algunos países como Alemania han tomado la decisión de parar momentáneamente la actividad de determinadas centrales nucleares; y en otros los mayores estragos se observan en las vías de comunicación y redes ferroviarias.
A COLACIÓN
Se ha preguntado amigo lector, ¿qué vamos a hacer si esto recrudece?, los expertos anticipan que sucederá en este siglo y al parecer más pronto que tarde; allí es donde toda la inteligencia deberá aplicarse para evitar un futuro en el que una ola de calor se convierta en una ola de mortandad masiva o de afectación grave en la economía y esencialmente en la supervivencia de los seres humanos, ¿qué haremos sin agua? A mí me tiene consternada.
Directora de Conexión Hispanoamérica, economista experta en periodismo económico y escritora de temas internacionales