Costará cuatro mdp reparar daños en el cárcamo de El Ciprés

ENSENADA.- La sobrecarga de las instalaciones del cárcamo de bombeo de El Ciprés con material sólido, basura y grandes volúmenes de arena que arrastraron las pasadas lluvias, fueron las causas que originaron el colapso en esas instalaciones.

El director de la Comisión Estatal de Servicios Púbicos de Ensenada (CESPE), Marcelino Márquez Wong, dio a conocer que es posible que haya ablandamiento de tierra bajo las losas de concreto hidráulico sobre la avenida Pedro Loyola, desde la calle Hierro hasta la Westman que podrían generar hundimiento en alguno o varios puntos de ese tramo vial.

Ese es otro de los motivos por los que se mantiene cerrado el paso a la circulación de vehículos en esa zona y la recomendación a los automovilistas a que se abstengan de ingresar, hasta que se detecte con precisión qué zonas son vulnerables de hundimiento y proceder a su restablecimiento.

Todo esto es consecuencia de los enormes volúmenes de agua que dejaron las lluvias de los días 24 y 26 de diciembre de 2029, de 27 y 24 milímetros, respectivamente, consideradas como atípicas para esta región el país, según estimaciones de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).

Esas mismas lluvias arrastraron en promedio unos 25 metros cúbicos de arenas y otros materiales sólidos, hacia las líneas del drenaje sanitario, debido a que no existe en la ciudad una red de drenaje pluvial y el agua que generan las lluvias se introduce al sistema de drenaje sanitario y rebasa la su capacidad de flujo.

Ante esa situación, el cárcamo sufrió un colapso el 26 de diciembre de 2019, con una fisura de 3.5 metros de longitud y 15 centrímetros de ancho, originada por un taponamiento con basura y arena en el tren de descarga de las bombas del cárcamo, que provocó aumento en la presión y la consecuente ruptura del tubo.

Luego de esa ruptura, aumentaron los niveles del agua a altura crítica en el interior del cárcamo seco, donde se encuentran alojados los equipos de bombeo, lo que afectó motores de 350 caballos de fuerza (hp), que son los que dan impulso a las bombas que envían las aguas negras hacia la planta de tratamiento de El Naranjo.

Derivado de esa falla, hubo un retroceso del flujo de aguas negras al no poder ser conducidas hacia el sistema afectado, lo que provocó un colapso en el emisor de llegada, a la altura de la calle Pedro Loyola y calle Huerta, con lo que se puso (y sigue latente) en riesgo de colapso en las losas de concreto de esavialidad, motivo por el cual permence esa zona cerrada a la circulación de vehículos.

Acciones a realizar

Es necesario reparar los cinco motores eléctricos verticales de flecha solida con base tipo P, de 350 hp, cuatro polos de mil 800 revoluciones por minuto (rpm) de 460 voltios, 60 Hz, armazón 449VP, para acoplamiento con cople flexible en una altitud de hasta mil metros sobre el nivel del mar, eficiencia Premium, factor de servicio 1.15, cuerpo TEFC con carcaza de hierro fundido para temperatura ambiente de 40 grados centígrados, con un valor de mercado aproximado de 38 mil 994 dólares, más el IVA.

Al ser reemplazada la tubería dañada de 48 pulgadas (cuatro pies), se procederá a la instalación de dos motores que fueron temporalmente prestados de otros cárcamos.

También es necesaria la reposición del colector de “El Ciprés”, de 30 pulgadas de PVC ubicado en avenida Pedro Loyola esquina con calle Huerta, ya que se encuentra colapsado y deberá contemplar la reparación de las vialidades que consisten en losas de concreto.

También se llevará a cabo la derivación del excedente de agua desde la planta de tratamiento de aguas residuales de “El Gallo” que descarga directamente al mar, ya que comúnmente se envía hacia “El Ciprés” para ser tratada en “El Naranjo” y actualmente, por esa contingencia, no ha sido posible; sin embargo, la planta de El gallo opera a su máxima capacidad, con el objetivo de tratar el mayor volumen operable.

Se estima que la reparación de estos daños ascienden a poco más de cuatro millones de pesos y mientras se realizan, se insiste en el llamado a los automovilistas a que se abstengan de transitar por la zona marcada con señalamientos que prohiben el ingreso, por el riesgo latente de un hundimiento y socavón que podría traer consecuencias mayores.