Madres migrantes: rechazadas e ignoradas
Por: Rosela ROSILLO / EL MEXICANO | 05/10/2019
MEXICALI.- Con desesperanza, entre el hacinamiento y la necesidad, decenas de madres migrantes pasarán el 10 de mayo en la capital de Baja California; un día en el calendario que les recuerda a los hijos que dejaron atrás para alcanzar el “sueño americano”, y el deber de proteger a los que trajeron consigo hasta el extremo de su mundo conocido.
Actualmente el albergue Alfa y Omega proporciona refugio a alrededor de 50 mujeres y más de 60 niños; madres e hijos migrantes, quienes entre enero y abril abandonaron su hogar con el afán de ser acogidos por el gobierno de los Estados Unidos, como acto de humanidad.
Sin embargo, la realidad fue distinta a lo que se les planteó al salir de sus países de origen: hasta el momento, la mayoría de las madres centroamericanas no han sido bien recibidas en el país del norte.
Mercedes López, de treinta años de edad y con cinco hijos, salió de Guatemala hace tres meses, acompañada únicamente de su hija más pequeña, mientras otros cuatro niños esperan bajo los cuidados de su abuela, quien tampoco puede mantenerlos por mucho tiempo.
“Vine a luchar por una vida mejor, para que ellos tengan un mejor futuro y no vivan lo que yo he sufrido, como la escasez, la falta de comida, de vestido, de oportunidades; mi mamá los está cuidando y yo quiero trabajar, enviarles dinero, pero ya nos dimos cuenta de que allá del otro lado no nos quieren”, comentó.
Mercedes narra haberse entregado junto a su niña ante las autoridades migratorias de los Estados Unidos, donde pasó cinco noches detenida en una estación bajo maltrato psicológico por parte de los agentes que resguardaban el lugar.
“Ellos nos dijeron cosas horribles, nos trataron mal; nos regañaron con ofensas, nos dijeron que no nos quieren allá, fue un trato humillante estar ahí para que al final nos regresaran a México...pensamos que nos iban a recibir ellos que son un país rico, pero nos tratan muy mal”, lamentó.
Además de las dificultades de viajar como indocumentadas y vivir la discriminación, algunas mamás migrantes se enfermaron de varicela, por lo que se encuentran postradas en la cama esperando recuperarse, al interior del albergue ubicado en zona centro.
Sin contar con apoyo del DIF o alguna otra institución protectora de niños y mujeres, las madres centroamericanas pasan sus días con poco alimento y sin material de higiene personal o medicamentos, por lo que directivos del lugar hicieron un llamado a la ciudadanía a solidarizarse con los niños y sus mamás.
Mercedes, decepcionada, envió un mensaje a sus connacionales, para que desistan de continuar viajando en caravana con la esperanza de ser recibidos por los Estados Unidos.
“Yo les sugeriría a ellos que no salgan de su país, que no vengan a sufrir lo que nosotros estamos sufriendo porque hemos pasado en el camino, hambre, sed; mejor que no se salgan de sus casas, que se queden con sus hijos”, expresó.
Actualmente el albergue Alfa y Omega proporciona refugio a alrededor de 50 mujeres y más de 60 niños; madres e hijos migrantes, quienes entre enero y abril abandonaron su hogar con el afán de ser acogidos por el gobierno de los Estados Unidos, como acto de humanidad.
Sin embargo, la realidad fue distinta a lo que se les planteó al salir de sus países de origen: hasta el momento, la mayoría de las madres centroamericanas no han sido bien recibidas en el país del norte.
Mercedes López, de treinta años de edad y con cinco hijos, salió de Guatemala hace tres meses, acompañada únicamente de su hija más pequeña, mientras otros cuatro niños esperan bajo los cuidados de su abuela, quien tampoco puede mantenerlos por mucho tiempo.
“Vine a luchar por una vida mejor, para que ellos tengan un mejor futuro y no vivan lo que yo he sufrido, como la escasez, la falta de comida, de vestido, de oportunidades; mi mamá los está cuidando y yo quiero trabajar, enviarles dinero, pero ya nos dimos cuenta de que allá del otro lado no nos quieren”, comentó.
Mercedes narra haberse entregado junto a su niña ante las autoridades migratorias de los Estados Unidos, donde pasó cinco noches detenida en una estación bajo maltrato psicológico por parte de los agentes que resguardaban el lugar.
“Ellos nos dijeron cosas horribles, nos trataron mal; nos regañaron con ofensas, nos dijeron que no nos quieren allá, fue un trato humillante estar ahí para que al final nos regresaran a México...pensamos que nos iban a recibir ellos que son un país rico, pero nos tratan muy mal”, lamentó.
Además de las dificultades de viajar como indocumentadas y vivir la discriminación, algunas mamás migrantes se enfermaron de varicela, por lo que se encuentran postradas en la cama esperando recuperarse, al interior del albergue ubicado en zona centro.
Sin contar con apoyo del DIF o alguna otra institución protectora de niños y mujeres, las madres centroamericanas pasan sus días con poco alimento y sin material de higiene personal o medicamentos, por lo que directivos del lugar hicieron un llamado a la ciudadanía a solidarizarse con los niños y sus mamás.
Mercedes, decepcionada, envió un mensaje a sus connacionales, para que desistan de continuar viajando en caravana con la esperanza de ser recibidos por los Estados Unidos.
“Yo les sugeriría a ellos que no salgan de su país, que no vengan a sufrir lo que nosotros estamos sufriendo porque hemos pasado en el camino, hambre, sed; mejor que no se salgan de sus casas, que se queden con sus hijos”, expresó.