Oscuridad, caos y heavy metal en Oceanía
Tuvieron que cancelar dicho festival por retrasos de las bandas y destrozos de los espectadores
CIUDAD DE MÉXICO, diciembre 1.- No fue fácil ser metalero este sábado en el Parque Oceanía, sede este año del Knotfest. Fue necesario, entre otras cosas, soportar las largas filas en la entrada y superar el caos que llegó cuando cayó la noche porque durante un rato no hubo iluminación eléctrica. El colmo fue el retraso de Evanescence en el escenario principal, donde el grupo estaba programado a las 21:10 horas, pero hasta las 23:15 horas todavía no salía.
El problema fue una valla que tuvo que ser reforzada y para la cual intervino la Policía Auxiliar para hacerse cargo de la seguridad.
Para entonces, el público ya había silbado, abucheado y gritado que no podía esperar más porque no alcanzarían Metro. Muchos de ellos efectivamente se salieron y otros prefirieron ir a otro escenario para escuchar a Godsmack.
Aún después de las 23:00 horas, el público esperaba que la banda sí saliera y no cancelara.
Lo que no protestaron mucho fueron los cientos de metaleros que se colocaron en un puente vehicular desde el que disfrutaron, cerca y con buena visión, del festival.
Las fallas. Cientos de personas se quejaron de la organización del evento, pues muchos de ellos tuvieron que pasar hasta tres horas formados para entrar. También falló la zona de comida, en donde en algunos puestos se hicieron filas interminables y esperaron más de una hora para recibir sus alimentos, lo que hizo que muchos se quedaran sin ver a algunas de sus bandas favoritas. Cuando empezó a anochecer, la falta de iluminación provocó que la movilidad del lugar se complicara un poco, hasta que encendieron algunas lámparas con la ayuda de algunos generadores.
Otras de las situaciones que incomodaron a las personas fue que los escenarios estaban cerca y se mezclaban los audios de las bandas y no dejaban escuchar con claridad.
El metal. Papa Roach hizo correr a cientos de personas que estaban en otros escenarios para ver su presentación, en donde gritaron eufóricamente y cantaron sus temas.
El momento más esperado para muchos llegó con la presentación de la banda estadounidense, que salió al escenario a las 18:15 horas.
La locura se desató cuando el vocalista Jacoby Shaddix tomó el micrófono y dijo: "¿Cómo están México?", lo que ocasionó que miles de personas arrojaran cerveza por doquier por la euforia. Muchos de los asistentes no pudieron llegar a tiempo por la falta de iluminación.