Día de la Mujer Trabajadora ¡Juntas decimos: ni un paso atrás!
Las mujeres hemos tardado décadas en ser reconocidas como sujetas de derechos y trabajamos arduamente en todo el mundo cada día para cerrar las brechas y garantizar condiciones dignas para todas. Sin embargo, a pesar de todos estos esfuerzos y de los avances, de nuevo, nuestros derechos están en riesgo.
En las tres décadas transcurridas desde la adopción de la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing –la hoja de ruta más importante para lograr igualdad de derechos para mujeres y niñas– se han registrado avances significativos hacia el logro de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres.
No obstante, siguen existiendo grandes brechas, en particular, en lo que respecta a la ampliación de la cobertura de los servicios de salud sexual y reproductiva, prevención de las violencias, paridad en cargos de poder, acceso a educación, empleos dignos, autonomía económica y de la toma de decisiones, participación política, ejercicio de nuestras ciudadanías.
Las mujeres con voz pública, como las periodistas, comunicadoras, políticas y activistas, se ven frecuentemente amenazadas por los discursos de odio, las violencias simbólicas y físicas, la discriminación, el acoso y otras formas de hostigamiento digital. También padecen las consecuencias de las brechas de género. En América Latina y el Caribe solo el 52,1% de las mujeres en edad de trabajar se encuentran empleadas, ganan en promedio un 20% menos que los hombres y dedican tres veces más tiempo al trabajo doméstico y de cuidados no remunerados.
La situación de las periodistas, comunicadoras, trabajadoras de los medios de comunicación sigue siendo precarizada, lo que constituye otra forma de violencia estructural. No hay seguridad ni garantías laborales para quienes se desempeñan en países donde el derecho a la libertad de expresión está en juego, o para aquellas que lo hacen con perspectiva de género. Esto no solo tiene impacto sobre ellas como defensoras de derechos humanos, sino sobre la sociedad en su conjunto.
A lo anterior se suma la avanzada del movimiento transnacional antiderechos que actualmente está haciendo retroceder lo avanzado en materia de igualdad de género en las agendas internacionales, atacando categorías como la autonomía corporal, la salud reproductiva, la educación sexual integral y la prevención contra las violencias, todas categorías presentes en las resoluciones de las agendas
internacionales. Lo hacen desde el posicionamiento de una narrativa que reproduce imaginarios e ideas discriminatorias, heteronormativas, sexistas y antidemocráticas.
La adopción de dichas categorías en el lenguaje acordado en las agendas de la ONU ha llevado décadas de trabajo a los movimientos feministas y de mujeres y ha sido un elemento fundamental para que los países implementen medidas políticas concretas que han permitido avanzar en los últimos treinta años en la garantía de los derechos humanos de las mujeres. Y que, además, constituyen una hoja de ruta para el monitoreo y la rendición de cuentas.
Hacer frente a esta ola de posiciones negacionistas de los cuerpos normativos de los derechos humanos hace indispensable reafirmar la importancia de la integralidad de las agenda relevantes para la salvaguarda de los derechos de las mujeres, como la Plataforma de Acción de Beijing –que además contiene un capítulo dedicado a las mujeres y los medios–, el Programa de Acción de El Cairo, la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030 y la Cumbre del Futuro.
Pero también, es urgente reafirmar y garantizar el derecho de las mujeres a la comunicación y el acceso a la información como herramientas políticas para la defensa y promoción de nuestros derechos. Es imperativo garantizar los derechos a la libertad de expresión, la libertad de prensa, y el derecho de las sociedad a ser informada de manera plural, diversa, con enfoque de género y de derechos humanos.
Y es que, según CEPAL, de continuar la situación actual, las proyecciones indican que se necesitarán:
· 47 años para alcanzar la paridad en los parlamentos nacionales.
· 140 años para que las mujeres tengan representación equitativa en posiciones de poder y liderazgos en sus lugares de trabajo.
· 286 años para cerrar las lagunas de protección jurídica y eliminar las leyes discriminatorias.
Como mujeres periodistas, comunicadoras, activistas y defensoras llamamos a los Estados y a los gobiernos a invertir en la igualdad sustantiva de las mujeres, a ratificar la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing. Ante un contexto que amenaza nuestras conquistas, este 8 de marzo es una oportunidad histórica para reafirmar y garantizar los derechos humanos de las mujeres y las niñas.
Desde la Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas y del Caribe y la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género reafirmamos nuestro
compromiso de trabajar colectivamente por defender nuestros derechos y por avanzar para conseguir todo lo que se nos debe.
¡Juntasdecimos:niunpasoatrás!























