Mehmet Kusman, el último guardián vivo de la lengua urartiana

El artesano turco preserva el urartiano, idioma milenario que solo él puede leer

Mehmet Kusman, el último guardián vivo de la lengua urartiana
Por: Alejandro Cancino | 12/08/2025

Van, Turquía. - Mehmet Kusman, un artesano y estudioso autodidacta originario de la provincia de Van, se ha convertido en una figura única en el mundo: la última persona capaz de leer y comprender el urartiano, la lengua del antiguo Reino de Urartu que floreció en Anatolia oriental hace más de 2 800 años.

Kusman, hoy de edad avanzada, dedicó más de medio siglo a descifrar este idioma olvidado. Sin formación académica formal, aprendió a leer inscripciones en piedra mediante el estudio de tablillas, manuales de arqueología y visitas constantes a los restos de la fortaleza de Çavustepe, sitio donde trabajó como guardián durante décadas. Su perseverancia lo llevó a dominar un sistema lingüístico que incluso para investigadores especializados continúa siendo un desafío.

El urartiano, escrito en caracteres cuneiformes, sobrevivió únicamente en inscripciones reales talladas en muros, obeliscos y templos. Aunque existen investigadores que lo estudian desde la lingüística comparada, solo Kusman logró leerlo directamente en campo, reconociendo variaciones, patrones y frases completas que otros expertos no habían logrado identificar sin laboratorios o transcripciones.

Su conocimiento lo convirtió en referencia mundial. Universidades de Europa, Estados Unidos y Asia han solicitado su apoyo para revisar inscripciones, validar traducciones y orientar investigaciones históricas sobre Urartu, un reino que antecedió al Imperio Persa y que dejó huellas profundas en la cultura del Este de Anatolia.

A lo largo de los años, Kusman ha expresado reiteradamente su preocupación por el riesgo de que la lengua desaparezca nuevamente. Aunque intentó transmitir su conocimiento, no ha encontrado un sucesor dispuesto a dedicar la vida entera al estudio del urartiano bajo las condiciones que él enfrentó: escasos recursos, limitado acceso a bibliografía y décadas de trabajo solitario.

Pese a las dificultades, continúa visitando las ruinas donde aprendió el idioma por primera vez. "Las piedras hablan, solo hay que escucharlas", ha dicho en diversas entrevistas, reafirmando su compromiso con preservar un fragmento invaluable de la memoria humana.

Hoy, Mehmet Kusman permanece como el último puente vivo entre el presente y una de las culturas más antiguas de la región, un testimonio silencioso del poder de la curiosidad y la dedicación individuales para rescatar lenguas que el tiempo parecía haber condenado al olvido.

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