Francisco eligió la sencillez hasta el final: pidió ser enterrado lejos de San Pedro Papa Francisco eligió la sencillez hasta el final; pidió ser enterrado lejos de San Pedro
En su autobiografía Esperanza, el pontífice reveló que preparó su funeral con austeridad, renunciando a la pompa vaticana y pidiendo una última gracia: que el dolor no fuera demasiado.
Tijuana, 21 de Abril. - En su autobiografía Esperanza, publicada en vida, el papa Francisco dejó escritas sus últimas voluntades con un tono íntimo y sincero, alejándose de la pompa tradicional que suele rodear las exequias papales.
"No me enterrarán en San Pedro, sino en Santa María la Mayor", escribió entonces, explicando que el Vaticano fue la casa de su servicio, pero no la de su eternidad. Eligió descansar en una pequeña habitación donde se custodiaban candelabros, cerca de la imagen de la Virgen conocida como Reina de la Paz, a la que confió sus oraciones a lo largo del pontificado.
Según relató, todo quedó preparado con antelación y el protocolo fue reducido al mínimo. Francisco había hablado con el maestro de ceremonias para simplificar el ritual: "Nada de catafalco, ninguna ceremonia para el cierre del ataúd. Con dignidad, pero como todo cristiano".
En un pasaje profundamente humano, el pontífice confesó su último ruego al Señor: que su partida no estuviera marcada por el sufrimiento físico. "Tú lo sabes, me da bastante miedo el dolor físico... Así que, por favor, que no me haga mucho daño".
El testimonio, incluido en su libro, fue una ventana final a su forma de vivir y morir: con fe sencilla, conciencia clara y una cercanía al pueblo que sostuvo hasta su último día.
