Tiroteo cerca de la Casa Blanca deja dos guardias heridos; Trump promete castigo "muy alto"

Tijuana, 26 de Noviembre. - El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, prometió este miércoles que el responsable de disparar contra dos miembros de la Guardia Nacional cerca de la Casa Blanca "pagará un precio muy alto", tras un ataque que dejó a los uniformados en estado crítico y que desató un amplio operativo de seguridad en el corazón político del país.

Según autoridades federales, el tiroteo ocurrió poco después de las 14H00 locales en una intersección cercana al complejo presidencial, donde los guardias realizaban patrullajes de "alta visibilidad". Un hombre se acercó a pie y abrió fuego de manera repentina. Otros efectivos respondieron de inmediato y lograron detener al sospechoso, quien también resultó herido.

Los dos miembros de la Guardia Nacional fueron trasladados a hospitales de la capital y se encuentran en condición crítica. El agresor permanece bajo custodia, mientras agentes federales y del FBI encabezan las primeras indagatorias.

Las autoridades describieron el hecho como un "ataque dirigido", aunque señalaron que la investigación continúa para determinar si el agresor actuó solo y cuáles fueron sus motivaciones. La zona fue acordonada, edificios cercanos fueron desalojados parcialmente y helicópteros sobrevolaron el área mientras los equipos de emergencia atendían a los heridos.

Trump, quien se encontraba fuera de Washington por el feriado de Acción de Gracias, condenó el ataque y envió un mensaje de apoyo a las fuerzas de seguridad. "Que Dios bendiga a nuestra Gran Guardia Nacional y a todas nuestras Fuerzas Armadas y del Orden. Son personas verdaderamente extraordinarias", afirmó.

El Departamento de Defensa ordenó el despliegue de 500 efectivos adicionales de la Guardia Nacional en la capital como medida preventiva, en medio del aumento de tensiones y de críticas de autoridades locales por la presencia militar prolongada en la ciudad.

Testigos relataron escenas de confusión y pánico en una zona habitualmente repleta de turistas y trabajadores. Uno de ellos aseguró haber visto a un uniformado "cubierto de sangre" antes de ser trasladado en camilla.

Hasta el momento, no se ha revelado la identidad del sospechoso. Las autoridades analizan grabaciones de cámaras de seguridad y continúan interrogando a testigos para reconstruir con precisión lo ocurrido en uno de los puntos más vigilados del país.