35 aniversario de la masacre del McDonald’s de San Ysidro

35 aniversario de la masacre del McDonald’s de San Ysidro
Por: Manuel OCAÑO / EL MEXICANO | 07/18/2019

SAN YSIDRO.- El colegio Southwestern College recordó con arreglos florales y fotografías de las víctimas fatales el peor tiroteo registrado en la frontera, la masacre del McDonald’s de San Ysidro, que este jueves cumplió 35 años.

El colegio colocó los arreglos en un pequeño mausoleo en forma piramidal al frente de sus instalaciones, sin proporcionar declaraciones, pero con las fotografías de 22 personas que perdieron la vida por ese atentado, muchas de ellas comensales de Tijuana, pues se había hecho tradición cruzar la frontera al primer restaurante de hamburguesas.

La tarde del 18 de julio de 1984, un veterano de la guerra de Vietnam, James Huberty, quien entonces tenía 41 años, disparó con una metralleta de asalto Uzi de 9 milímetros, un fusil Browning de alto poder y un fusil de repetición Winchester contra clientes del que era en ese tiempo el restaurante de comida rápida más popular para la comunidad de ambos lados de la frontera.

Huberty vivía en unos departamentos frente al restaurante. Ese día tomó sus armas y dijo a su esposa que ya regresaba, que salía de cacería.

Entró al restaurante y comenzó a disparar a discreción a empleados y clientes.

El sujeto parapetado recargaba y volvía a disparar durante el atentado que duró 77 minutos. Al final el equipo de tácticas y armas especiales (Swat) de la policía de San Diego consiguió someter a disparos al veterano.

Así lo platicó a El Mexicano un ex oficial del Swat, Phillip Hubbs., quien participó en la respuesta al atentado. Hubbs es ahora enlace de la Cruz Roja de San Diego para relaciones con sus contrapartes en Baja California u con otras instituciones. 

Tras la masacre, la compañía McDonald’s decidió deshacerse de esa sucursal y regaló el terreno al colegio, que actualmente lo usa como extensión de servicios educativos.

El profesor Guillermo Flores, quien da clases en San Diego, explicó que su hermano, Davis, quien entonces tenía 11 años de edad, se acercaba al restaurante junto con un amiguito suyo, ambos en bicicletas, cuando Huberty inició su ataque.

El agresor vio cuando los dos niños se acercaban en sus bicicletas y les disparó fatalmente a ambos.

El maestro Flores, quien imparte clases de secundaria y preparatoria en el distrito de Sweetwater, explicó que desde ese tiroteo trata de contribuir para que se establezca mayor control sobre la posesión y uso de armas de fuego.

“Lo más lamentable es que los tiroteos se han hecho tan frecuentes, que lastimosamente la gente comienza a verlos como normales, y eso no debe ser, por supuesto no hay nada normal en eso”, dijo el profesor.



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