Atacan con explosivos memorial de Édgar Guzmán, hijo de "El Chapo", en Sinaloa
El incidente, cerca de la Facultad de Medicina de la UAS y Tres Ríos, coincidió con un asesinato en Villa Bonita, aumentando la tensión en la ciudad.
En medio de la violencia que sacude Sinaloa, un ataque con explosivos contra el memorial de Édgar Guzmán López, hijo del narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán, generó gran conmoción.
Un grupo armado detonó un artefacto explosivo en el cenotafio de Guzmán, dejando en pie únicamente una cruz de dos metros y escombros dispersos. La explosión ocurrió en el estacionamiento del supermercado City Club, al norte de Culiacán, cerca de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), en el mismo lugar donde Édgar Guzmán fue asesinado en 2008.
Autoridades de Sinaloa investigan el origen del explosivo, descrito como un artefacto improvisado. En un inicio se barajó la posibilidad de un coche bomba, ya que un vehículo cercano al memorial presentó impactos de bala en la carrocería y cristales. Sin embargo, las investigaciones preliminares sugieren que el automóvil no estuvo directamente relacionado con el ataque.
Verona Hernández Valenzuela, representante de la Secretaría de Seguridad Pública estatal, informó que no se reportaron víctimas ni heridos tras la explosión.
Imágenes difundidas por el sitio Los Noticieristas mostraron los daños en el cenotafio, destacando la separación de la placa conmemorativa que rezaba “Siempre los amaremos”.
Édgar Guzmán, conocido como “El Moreno”, tenía 22 años cuando fue asesinado en mayo de 2008. Según informes, fue atacado por sicarios del Cártel de los Beltrán Leyva en un enfrentamiento con el Cártel de Sinaloa. Otras versiones sugieren que pudo haber sido ejecutado por error bajo órdenes de su propio padre. En el ataque también murieron sus primos, César Ariel Loera y Arturo Meza Cázares, y se recolectaron más de 500 casquillos en el lugar.
Para conmemorar los 16 años de su fallecimiento, el cenotafio había sido decorado con un arco de rosas blancas y rojas, iluminación especial y una alfombra. El ataque contra este monumento subraya la continua tensión en Sinaloa, una región marcada por disputas entre cárteles.
