El ataque contra Carlos Manzo expuso que anexos reclutaban jóvenes para el crimen
Tras las investigaciones luego del atentado, se detecto que centros de rehabilitación entrenaban a jóvenes sicarios

Uruapan, Michoacán. - El atentado que terminó con la vida del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, reveló una inquietante realidad: diversos "anexos" en Michoacán, supuestos centros de rehabilitación para adicciones, funcionaban en realidad como semilleros de reclutamiento para el crimen organizado, particularmente para el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
De acuerdo con investigaciones de la Fiscalía General del Estado, uno de los reclutadores clave, Jaciel Antonio "El Pelón", captaba jóvenes vulnerables dentro de estos centros, muchos de ellos con problemas severos de adicciones, para después incorporarlos como sicarios, halcones o distribuidores de droga. Entre ellos se encontraba Víctor Manuel "N", el joven abatido tras participar en el ataque contra Manzo.
Las autoridades detallaron que estos anexos operaban bajo dinámicas coercitivas: castigos físicos, disciplina violenta y entrenamiento armado. Testimonios recabados señalan que los jóvenes eran sometidos a amenazas constantes para asegurar su permanencia dentro de las filas criminales.
La investigación también permitió detectar que la planificación del homicidio se realizó mediante un grupo de mensajería móvil, presuntamente encabezado por Jorge Armando "El Licenciado", identificado como uno de los autores intelectuales del ataque.
Expertos en seguridad han advertido que este fenómeno se ha expandido en varias zonas del país. Los anexos, al no estar regulados, se convierten en entornos propicios para la captación forzada, pues concentran a jóvenes con adicciones, sin apoyo profesional y en condiciones de vulnerabilidad extrema.



