¿De quién es la responsabilidad? El dilema de la capacitación en idiomas en el ámbito laboral
Tradicionalmente, se ha considerado que la adquisición de competencias lingüísticas es una responsabilidad individual
México, CDMX. -La capacidad de hablar varios idiomas también se ve como un reflejo de habilidades clave, entre las que destacan la apertura cultural y la disposición para aprender. Esto es especialmente importante en un entorno profesional en constante cambio, donde la habilidad de adaptarse rápidamente a diferentes culturas y contextos. Sin embargo, surge un dilema: ¿la responsabilidad de la capacitación recae en el empleado o en la empresa? Este debate presenta múltiples perspectivas.
Tradicionalmente, se ha considerado que la adquisición de competencias lingüísticas es una responsabilidad individual, una inversión personal en el desarrollo profesional. Sin embargo, esta visión ignora el impacto directo que el dominio de idiomas tiene en el desempeño y la productividad de las empresas.
Ventajas de la responsabilidad individual:
Desarrollo personal: Aprender un nuevo idioma enriquece la vida personal, amplía horizontes culturales y mejora las habilidades cognitivas. Es una inversión en uno mismo que trasciende el ámbito laboral.
Competitividad profesional: En un mercado laboral cada vez más competitivo, el dominio de idiomas se convierte en un factor diferenciador que aumenta las oportunidades de empleo y desarrollo profesional.
Motivación: El aprendizaje es más efectivo cuando se basa en la motivación intrínseca y el deseo personal de superación.
Beneficios de una responsabilidad compartida:
Beneficios para la empresa: Invertir en el aprendizaje de idiomas dentro de la empresa es una estrategia que genera un retorno significativo: según un estudio de EF Education First (2024) señala que el 85% de los empleados en México prefieren contratar candidatos que dominen al menos un nivel intermedio de inglés. Las vacantes de trabajo que requieren inglés han aumentado un 20% en los últimos 5 años.
Retención del talento: La inversión en la capacitación de los empleados, especialmente en áreas clave como el aprendizaje de idiomas, no solo beneficia a la empresa, sino que también tiene un impacto muy positivo en la relación con los empleados: Un estudio del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO 2024) revela que las personas que dominan inglés ganan entre un 30% y un 40% más que aquellos que no lo hablan.
Responsabilidad social empresarial: Las empresas no solo tienen la responsabilidad de generar beneficios económicos, sino también de contribuir al desarrollo integral de sus empleados y crear un entorno laboral que favorezca su crecimiento personal y profesional. De acuerdo con el reporte de habilidades y empleabilidad 2024 de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), el 70% de las vacantes laborales más demandadas en México requieren el dominio del inglés con mayor posibilidad para lograr acceder a trabajos gerenciales o especializados.
Pero, ¿cómo podría crearse un modelo de responsabilidad compartida con beneficios para ambas partes? Si bien es cierto que el aprendizaje de idiomas implica un compromiso individual, las empresas tienen un papel fundamental en la creación de un entorno que facilite y promueva la adquisición de competencias lingüísticas. Un modelo de responsabilidad compartida podría implicar.
Ofrecer programas de capacitación: Las empresas pueden implementar programas de capacitación en idiomas adaptados a las necesidades de sus empleados y a los objetivos de la organización. Estos programas pueden incluir cursos presenciales, online, inmersiones lingüísticas o plataformas de aprendizaje.
Facilitar el acceso a recursos: Las empresas pueden proporcionar acceso a recursos de aprendizaje, como bibliotecas, plataformas online, software de aprendizaje o suscripciones a aplicaciones móviles.
Flexibilizar horarios: Permitir a los empleados flexibilizar sus horarios para asistir a clases de idiomas o dedicar tiempo al estudio.
Reconocer el esfuerzo: Implementar sistemas de reconocimiento y recompensa para los empleados que adquieran nuevas competencias lingüísticas o que demuestren un progreso significativo.
Fomentar un ambiente multilingüe: Crear un ambiente laboral donde se valore y se promueva el uso de diferentes idiomas.
En definitiva, la capacitación en idiomas en el ámbito laboral debe ser vista como una inversión conjunta, donde tanto el empleado como la empresa asumen su parte de responsabilidad y se benefician mutuamente del desarrollo de competencias lingüísticas.
"Extender la capacitación en inglés a todos los empleados asegura herramientas clave para su desarrollo, fomenta la confianza y fortalece los equipos", destacó Alejandro de la Torre (Director de Talento Humano en The Anglo Foundation)
Este enfoque no solo contribuye al crecimiento profesional de los empleados y al éxito de las empresas, sino que también es una puerta hacia el crecimiento personal a través de la interculturalidad y la construcción de un mundo más conectado.