La guerra en Siria entra este domingo en su décimo año, con los civiles como principales víctimas.
A las bombas, la inseguridad, el hambre, el éxodo, la crisis humanitaria sin precedentes, se suma ahora una nueva amenaza: el COVID-19.
Las autoridades sirias no han informado de ningún caso, pero algunas ONG han advertido de la posibilidad de que ya se hayan registrado víctimas.