Triste aniversario de la Constitución

Sociedad y derecho.

El próximo 5 de febrero se celebra un aniversario más de la promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

En realidad, la Constitución ha sufrido más de 600 modificaciones a lo largo de su historia, por lo que quizás podríamos considerar, para cuestiones prácticas, que ya se trata de otro instrumento diferente al de 1917.

Una de las más recientes controvertidas y muy cuestionadas reformas que ha sufrido nuestra Constitución es la hecha en relación al Poder Judicial, impulsada desde la oficina del Ejecutivo y operada por el partido oficial.

La cual, para muchos, constituye el fin de la autonomía y contrapesos de los poderes, teorizados principalmente por los filósofos de la ilustración Montesquieu, Voltaire y Rousseau, división que es considerada como la base en la que se sustenta la democracia en los países modernos.

Los últimos cambios a la Constitución Federal significan, desde cualquier punto que se vea, el fin de la forma de gobierno que hasta hace poco tenía nuestro país.

Para muchos significa la erradicación de una real democracia, para otros el inicio de una era de cambios necesarios. El tiempo será el mejor juez y testigo de lo que sucederá.

Lo que es una realidad indiscutible es que nuestra Constitución, como la mayoría de los países considerados en vías de desarrollo, tienen constantemente reformas. Caso contrario a lo que sucede en los países del primer mundo, como EE. UU. y Reino Unido, por nombrar solo algunos, cuya Carta Suprema y Acuerdo Social prácticamente no han sido modificados en más de dos cientos años.

La estabilidad política y económica de los países desarrollados tiene su origen, sin duda, en su estabilidad política y, eso es reflejo de la prácticamente inmutabilidad de sus Constituciones.

Esta situación incita a la reflexión en el caso de nuestro país.

México, desde su independencia, permanece en un constante proceso de transformación y cambio, unos para bien y otros no desde luego, pero eso refleja nuestra inmadurez social y política.

Tenemos como país un largo camino que recorrer para lograr la tan anhelada estabilidad social, en la cual podamos construir un país más seguro, confiable y justo.

México es una nación rica en diversidad, cultura, recursos naturales, gastronomía, historia y valores, sin embargo, debemos de reconocer que carecemos de la estabilidad política necesaria e indispensable para lograr un entorno en el cual podamos confiadamente, proyectar a futuro planes de vida profesionales y personales, en eso nos falta todavía un largo camino que recorrer.

Es una tarea titánica sin duda, pero en la que los mexicanos tenemos capacidad intelectual y emocional suficiente para lograrla.

Es un objetivo por el cual vale la pena luchar sin descanso, hasta el último aliento de nuestras vidas.

Como siempre un placer saludarlo, esperando que estas pocas palabras hayan sido de su agrado y sobre todo de utilidad ¡Hasta la próxima!



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