Corridos tumbados, derecho humano

La música es una forma de expresión y, como tal, goza de protección Constitucional, al tratarse de un derecho humano ampliamente reconocido.

Además, la Declaración Universal de los Derechos Humanos establece en su artículo 27 que se tiene derecho a elegir libremente la vida cultural en la que se desee participar y gozar de la actividad artística (musical) de su preferencia, lo cual implica no sólo un reconocimiento de este derecho sino una real obligación para el Estado de adoptar las medidas necesarias que garanticen el máximo aprovechamiento de los recursos que se dispongan para alcanzar progresivamente los objetivos de promoción, respeto y protección de este derecho fundamental.

Los estilos y corrientes musicales están correlacionados directamente con las vertientes y eventos culturales, sociales y económicos que se viven en una determinada sociedad, la cual, al estar mundialmente intercomunicada, se vuelve en una sola comunidad global.

De ahí que fenómenos tales como los corridos tumbados se propaguen prácticamente por todo el planeta, identificándose con ellos personas que viven una realidad muy distinta y en apariencia, ajena al entorno en el que se desarrollan las líricas de estas canciones.

Los corridos son un género musical que cuentan historias respecto a situaciones que podrían llegar a lo legendario, datan de la época independentista, pero fue durante la Revolución Mexicana que este tipo de coplas se popularizaron, sobre todo en áreas rurales de México.

También funcionaron como método informativo para dar a conocer las proezas que se libraron durante la guerra revolucionaria y hacer la lucha más llevadera a través de la música.

A mediados de la década de 2010 los corridos tumbados surgen de una mezcla de música y sonidos tan diversos y variados como el hip-hop, el trap y el reggaetón.

Igual que en sus inicios, los corridos tumbados también narran proezas y vivencias de áreas precarizadas que llevan a sus protagonistas a tener riquezas, excesos y poder.

Son altamente criticados por un sector de la población que sostiene que su contenido hace apología al delito, al enaltecer a criminales.

Lo que sí no se puede negar es que los corridos tumbados son el resultado del desarrollo de la personalidad humana y del sentido de su dignidad y como tales debe ser respetados y protegidos por el Estado y todas sus instituciones.

Como siempre un placer saludarlo, esperando que estas pocas letras hayan sido de su agrado y, sobre todo, de utilidad ¡Hasta la próxima!



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