Destrucción de empresas y de empleo

El sector bancario mundial ha vivido etapas  de profundas transformaciones marcado siempre por la ruta de la crisis, ya sea económica o financiera; esta vez serán los efectos negativos de la pandemia del SARS-CoV-2 el propulsor de los cambios.

            El futuro que viene no circunscribe únicamente al ámbito financiero tocará a muchos otros sectores obligados a buscar fusiones y asociaciones estratégicas antes que llegar a la extinción… a la quiebra inminente.

            El Fondo Monetario Internacional (FMI) avizora una caída del 4.9% en la economía mundial  en 2020, el impacto de la emergencia sanitaria ha sido digerido en diversa magnitud por los países; unos se han resentido más que otros, España, Italia y Francia tienen los peores pronósticos de contracción económica con una desaceleración que,  en los tres casos, superará el 12 por ciento.

            El organismo con sede en Washington advierte que existe “un grado de incertidumbre inusitadamente elevado” y que todo dependerá de las secuelas de la pandemia y distingue con claridad dos tipos de países y con dos distintos niveles: unos, con una transmisión baja o bien más controlada y otros, con una situación en descontrol.

“En las economías, con tasas de infección decrecientes, la ralentización de la trayectoria de recuperación contemplada en los pronósticos actualizados refleja un distanciamiento social persistente a medida que nos adentremos en el segundo semestre de 2020; mayores cicatrices (daño al potencial de oferta) debido al hecho de que la actividad sufriría más de lo previsto durante el confinamiento instituido en el primer y segundo semestres de 2020, y un golpe a la productividad a medida que las empresas que sobrevivan incrementen las necesarias prácticas de seguridad e higiene en los lugares de trabajo”, indica el FMI.

            Todo lo contrario, las economías  que peor han gestionado la transmisión del virus con cuarentenas y  confinamientos obligatorios, en este grupo de países, el FMI señala que el daño a la actividad provocado tendrá consecuencias en el tipo de recuperación.         

El FMI aconseja que la política económica  funja de amortiguador para las pérdidas de ingreso de los hogares a través de medidas sustanciales y bien focalizadas, además de brindar apoyo a las empresas que sufren las consecuencias de restricciones obligatorias a la actividad.

            Hay sectores que serán más pequeños, otros buscarán la consolidación, en todo caso las empresas de gran tamaño posiblemente terminarán siendo más grandes porque absorberán a otras a fin de quitarse competidores y de amacizar su posición en el mercado; entre los medianos y pequeños, los movimientos tenderán hacia dos vías: compras y acuerdos entre empresas de mediano a pequeño tamaño; unión de empresas de mediano tamaño para subsistir;  algunas uniones entre las pequeñas, aunque parece que será el sector más castigado con  desapariciones y quiebras.

            En el primer semestre del año, millones de empresas han quedado comprometidas y expuestas a los efectos de la caída en el consumo a nivel global debido a los confinamientos y a las medidas de distanciamiento físico para evitar los contagios por coronavirus.

A COLACIÓN

            Tan solo en América Latina, según números de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL),  la pandemia provocará  el cierre de 2.7 millones de empresas.

            El organismo regional estima la destrucción de 8.5 millones de puestos de trabajo tan solo en América Latina; no obstante,  la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha enfatizado recientemente que el mundo podría perder mil 085 millones de empleos unos 495 millones tan solo en el segundo trimestre; se estima la pérdida de 345 millones en el tercer trimestre  y de 245 millones de puestos laborales en el cuarto.

            A su vez, la CEPAL, pide a los gobiernos regionales programas especiales para salvar a las micro y pequeñas empresas de la extinción; tan solo las que están orientadas al sector comercial cerrarán 1.4 millones de empresas y con ellas 4 millones de empleos; los pronósticos son de un PIB regional con una contracción del 5.3 por ciento.

            En la esfera de los apoyos, Guy Ryder, director general de la OIT,  insta a redoblar esfuerzos para “vencer al virus”  y  primordialmente para paliar sus efectos en lo económico, social y laboral.

            No son tiempos fáciles, la resiliencia es la palabra de moda para personas como para empresas, habrá que echar mano del talento, del ingenio y la fortaleza para reinventarse… o sucumbir.



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