El Padrino y el Derecho

Sociedad y derecho.

El Padrino, obra magistral escrita por Mario Puzo, publicada en 1969, llevada al cine por el Director Francis Ford Coppola, dio a conocer por primera vez en forma real, el mundo de la Mafia estadounidense de los años cuarenta.

Desde su publicación y posterior realización cinematográfica, fue un éxito rotundo, siendo una de las obras más vistas a nivel mundial a pesar de sus más de 50 años de haberse estrenado.

Uno de los posibles motivos de este tremendo éxito probablemente sea, el qué esta obra toca las fibras más primitivas del ser humano en cuanto a la organización y funcionamiento de una comunidad.

De acuerdo con la naturaleza humana, tendemos a seguir al líder que se ha ganado ese puesto por méritos propios, siendo el más fuerte y hábil para satisfacer las necesidades del grupo.

Y aquí en donde tiene relación con la ciencia del derecho, la cual tiene por objetivo fundamental el entendimiento del comportamiento humano para diseñar reglas y por medio del acatamiento de estas hacer posible la vida en sociedad.

La organización de la mafia que relata esta obra es regida por antiguas tradiciones cuyos cumplimientos se encuentra a cargo del jefe de la familia, en este caso de la familia Corleone, Don Vito, el cual ejerce un sistema paternalista sobre sus subordinados, a los cuales, si cumplen con ellas se les protege y cuida y en caso de desobediencia se les imponen castigos cuya dureza es acorde a la gravedad de la falta.

En ese submundo criminal, en la que el líder se convierte en tal demostrando su valía con sus acciones y hechos, en la que los castigos se imponen de una manera que en ese entorno se consideran justos, la vida en comunidad es más exitosa en muchos aspectos, que en las diferentes formas de gobierno actuales. Hay más orden, sus miembros acatan con mayor facilidad y complacencia las reglas.

Quizá el motivo del éxito de las organizaciones criminales que relata el libro se deba a que dichas estructuras están más alineadas a la naturaleza humana y menos a instituciones excesivamente racionalizadas que a lo largo del tiempo han demostrado su ineficacia.

Queda el tema para la reflexión.

Como siempre un placer saludarlo, esperando que estas pocas letras hayan sido de su agrado y, sobre todo de utilidad ¡Hasta la próxima!



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