¿Independencia o sólo apariencia?
¿Podemos celebrar la independencia de México? ¿En verdad
conseguimos colmar los ideales independentistas?
“Aquel que no conoce su historia está condenado a repetirla”,
frase atribuida a Napoleón Bonaparte que en el contexto de la
celebración de un aniversario más de nuestra independencia cobra
especial relevancia.
¿Realmente conocemos los hechos ciertos de las causas, motivos y
razones por las cuales se llevó a cabo la independencia de la Nueva
España que dio nacimiento a nuestro país y que, por tanto, esa lucha
culminó con su concretización?
Sin duda todos sabemos la versión que nos cuentan los libros de
historia oficiales, sin embargo, tenemos que tomar en cuenta que, como
bien lo dijo el escritor George Orwell, “La historia la escriben los
vencedores”, por lo que ésta tiende a no ser objetiva del todo.
Cuesta trabajo creer que los ideales independentistas, de libertad,
igualdad y soberanía nacional, por nombrar sólo algunos, fueran tan
siquiera comprensibles para el grueso de la población indígena y mestiza
del entonces virreinato.
Sin duda, la marcada desigualdad social y económica que existía
en la época, entre españoles de nacimiento, quienes ocupaban las
posiciones más importantes en la administración pública y eran dueños
de tierras y personas, y los indios y mestizos, quienes conformaban el
80% de la población, trabajadores explotados en su mayoría, era un
problema serio que por sí sólo era suficiente para motivar la
independencia del país.
No obstante, adquiere mas sentido el pensar que la independencia
tuvo más motivos de tipo económicos y comerciales que ideológicos,
precisamente de parte de los criollos, quienes aún y cuando
conformaban la élite local, hijos de españoles, pero nacidos en territorio
virreinal, no tenían los mismos privilegios y derechos patrimoniales que
los originarios de la madre patria.
Otro detonante que favoreció la independencia sin duda, fue la
realidad política que vivía España en esa época, respecto a la invasión
de la que era objeto por parte de Napoleón Bonaparte, lo que agudizó la
inestabilidad política y social, teniendo como consecuencia el no poder
solucionar los problemas que representaban el supervisar y encargarse
de la administración del virreinato y de las colonias que poseía en el
continente americano.
En 1808, cuando llegó la noticia de que Napoleón Bonaparte había
tomado el trono español, la rivalidad entre las capas de la sociedad en la
nueva España se acentuó aún más, lo que llevo a debilitar el poder de
ésta sobre el virreinato, momento que fue aprovechado por los criollos,
dando inicio así a la guerra de independencia mexicana.
El movimiento independentista mexicano consiguió la
emancipación política y económica de España, así como una forma de
gobierno propio, soberano, republicano y democrático (esto con las
fallas, carencias y limitantes que todos conocemos), pero ¿logró
terminar con las desigualdades, abusos y pobreza de los indígenas y
mestizos, cuyos descendientes, en su mayoría campesinos y obreros,
continúan constituyendo el grueso de la población actual?,
desafortunadamente la realidad es que la independencia mexicana poco
ha hecho por solucionar este grave y añejo problema. Los ideales
independentistas, que nos enseñan desde los primeros años de escuela,
por los cuales, nos han inculcado surgió esa lucha, en nuestros días
siguen sin solucionarse, por el contrario, los graves problemas que su
falta de solución genera, se agravan cada vez más.
Parte importante, sino es que fundamental, del desarrollo y
crecimiento de una nación, es el nivel de educación y cultura de sus
habitantes. No somos el mismo país de hace dos siglos, el nivel de
analfabetismo de hoy es bastante inferior al que prevalecía en aquellos
días, la globalización, aportada en gran medida por las tecnologías de la
información, nos convierten en una sola comunidad mundial,
interconectada de tal manera que lo que sucede en Shanghái repercute
con toda su fuerza en nuestro país.
El conocimiento de nuestra realidad, hace inevitable que
continuemos siendo un pueblo ingenuo y crédulo. Es una gran verdad
que los aztecas y demás pueblos indígenas que habitaban el hoy
territorio mexicano fueron conquistados, dominados y explotados por los
españoles y también que fue en este contexto de injusticias y represión,
que se buscó la emancipación política. Sin embargo, tenemos que tener
muy claro que, si bien las circunstancias de aquellos tiempos no son las
mismas a las de hoy, las desigualdades, pobrezas, carencias y abusos
de la mayoría de los individuos que conforman el pueblo mexicano
siguen existiendo con la misma fuerza e intensidad de antaño. Por lo
que, es nuestra obligación, como mexicanos que amamos nuestra
patria, continuar en la búsqueda de la culminación de los ideales que
engendraron la independencia Mexicana, con la plena consciencia de que
ésta no ha terminado, sino que nos falta mucho camino por delante para
poder siquiera considerarla consumada.
Como siempre un placer saludarlo, esperando que estas pocas
letras hayan sido de su agrado y sobre todo de utilidad ¡Hasta la
próxima!