La importancia de los perros en la historia de la humanidad

Sociedad y derecho.

La relación entre el ser humano y el perro es una de las más antiguas y significativas en la historia de la civilización.

El perro (Canis lupus familiaris) no solo ha sido un fiel compañero, sino que ha jugado un papel fundamental en la supervivencia, la economía, la cultura y la salud de las sociedades humanas a lo largo del tiempo.

Desde su domesticación, hace más de 15,000 años, hasta su papel actual en terapias médicas y apoyo emocional, los perros han demostrado ser indispensables.

Se estima que los primeros perros fueron domesticados a partir de lobos grises en Asia Central entre 15,000 y 20,000 años atrás, aunque algunos estudios genéticos sugieren fechas que podrían remontarse hasta 30,000 años (Perri, 2016).

Esta domesticación probablemente ocurrió cuando algunos lobos comenzaron a acercarse a los campamentos humanos en busca de restos de comida. Con el tiempo, se fue formando una relación de mutuo beneficio: los lobos ayudaban a proteger a los humanos de otros depredadores y recibían alimento a cambio.

Con el desarrollo de las primeras comunidades humanas cazadoras-recolectoras, los perros se convirtieron en aliados estratégicos en la caza. Su agudo olfato, velocidad y resistencia les permitieron rastrear presas y perseguir animales más eficientemente que los humanos solos. En muchas culturas, los perros eran entrenados para detectar animales heridos o para acorralar presas, aumentando así el rendimiento alimentario del grupo.

Restos arqueológicos encontrados en sitios como Bonn-Oberkassel, Alemania (alrededor del 12,000 a.C.), demuestran el entierro conjunto de humanos y perros, indicando ya un vínculo emocional y simbólico.

Con la aparición de la agricultura y la domesticación de animales, los humanos comenzaron a criar perros específicamente para pastorear y proteger rebaños. En regiones como Mesopotamia y Anatolia, los perros pastores eran fundamentales para proteger ovejas y cabras de depredadores como lobos y leopardos.

En las regiones árticas, especialmente en Siberia y lo que hoy es Alaska y Canadá, los perros fueron esenciales para el transporte. Las culturas inuit y chukchi criaron razas como el husky siberiano y el malamute de Alaska para arrastrar trineos sobre hielo y nieve. Esto permitió el comercio, la exploración y la caza en territorios vastos y hostiles. Estos perros eran vitales para la supervivencia de estas comunidades.

En el Antiguo Egipto (alrededor de 2,000 a.C.), los perros eran utilizados como guardianes de propiedades y templos. Se les representaba en tumbas y murales, e incluso se les daba sepultura. En la Antigua Roma, razas como el moloso romano eran utilizadas en batallas. Durante la Edad Media, los castillos europeos empleaban perros para defensa, detectando intrusos antes que cualquier guardia.

Con la Revolución Industrial y el auge de las ciudades, los perros comenzaron a tomar roles más especializados. A finales del siglo XIX, surgieron escuelas de entrenamiento para perros guía, como en Alemania, tras la Primera Guerra Mundial, para asistir a soldados ciegos. En 1888 se fundó la escuela St. Bernard Hospice en Suiza, famosa por entrenar perros San Bernardo para rescate en zonas montañosas.

Durante ambas guerras mundiales, los perros fueron entrenados como mensajeros, centinelas y detectores de minas. Uno de los más famosos fue "Stubby", un perro estadounidense que participó en 17 batallas y fue condecorado por su valentía en la Primera Guerra Mundial.

En la actualidad, los perros siguen siendo aliados cruciales del ser humano, ahora en el ámbito de la salud física y mental. La terapia asistida con animales ha demostrado beneficios para personas con autismo, depresión, ansiedad y enfermedades neurodegenerativas. Perros entrenados pueden detectar ataques epilépticos antes de que ocurran o alertar a personas con diabetes cuando su nivel de azúcar es bajo.

En hospitales, hogares de ancianos y centros de rehabilitación, los perros de terapia han mejorado la calidad de vida de miles de personas. Según estudios del National Institutes of Health (NIH), la interacción con perros reduce la presión arterial, disminuye el estrés y aumenta la producción de oxitocina, conocida como la hormona del bienestar.

Desde ayudar a cazar mamuts en la prehistoria hasta apoyar a personas con discapacidad en la era moderna, el perro ha sido más que una mascota: ha sido un compañero de lucha, un aliado económico y emocional, y un símbolo de la relación entre humanidad y naturaleza. La historia del perro es, en muchos sentidos, la historia del ser humano. Cuidarlos, respetarlos y comprender su importancia es reconocer una de las alianzas más profundas y duraderas que hemos forjado como especie.

            Como siempre un placer saludarlo, esperando que estas pocas palabras hayan sido de su agrado y, sobre todo de utilidad ¡Hasta la próxima!



NOTAS RELACIONADAS

Por: Juan Bautista Lizarraga / Junio 21, 2025
Por: Fernando A. Mora Guillén / Junio 21, 2025