Mi experiencia en la F1: lo que puede enseñarte una alfombra perfecta

Acompáñanos a ver a Nancy Paola en su reflexión sobre su participación en la gestión de la F1

Mi experiencia en la F1: lo que puede enseñarte una alfombra perfecta

Alfombras perfectas.

No puedo dejar de pensar en ellas.

Fue lo primero que me sorprendió en algunas áreas del Autódromo Hermanos Rodríguez durante el Gran Premio de México 2025. Tuve la oportunidad de apoyar en el evento y, como gestora cultural y productora de eventos, vivir una experiencia así es una verdadera clase magistral: aprendes de los grandes, observas, te sorprendes... y te cuestionas.

Porque cada día, mientras caminaba entre estructuras gigantescas, equipos altamente coordinados y miles de detalles cuidados al milímetro, me repetía una pregunta clave:

¿Estamos listos en Baja California para producir un evento de esta magnitud?

Y junto con esa, otras igual de importantes:

—¿Nuestros proveedores pueden alcanzar este nivel de calidad?

—¿La hospitalidad y el servicio de nuestra región compiten con lo que veo aquí?

Mi respuesta, una y otra vez, era la misma: sí podríamos... si lo exigiéramos.

Y todo esto comenzó por una alfombra.

La mujer de las alfombras perfectas

En el área donde me asignaron conocí a una mujer extraordinaria. Ella era la responsable de instalar y supervisar las estructuras de una de las zonas más exclusivas de la F1: suites, decoración, pantallas, mobiliario, gradas... y por supuesto, alfombras.

Todo debía verse impecable.

Un día antes del inicio del Gran Premio hicimos un recorrido. Para mí, todo estaba perfecto. Pero cuando llegó ella—casco puesto, chaleco, herramientas por todos lados—observó el espacio con mirada experta y me preguntó:

"¿Qué opinas? ¿Cómo crees que se ve?"

Yo respondí fascinada:

"Nunca había visto un evento con este nivel de perfección."

Ella sonrió.

"¿No has notado las alfombras?"

Yo pensé que era una broma.

Pero no.

De pronto tomó su radio, dio una instrucción breve y, en menos de dos minutos, un ejército de trabajadores rodeaba la sala.

Me pidió acercarme. Me arrodillé y noté algo que jamás hubiera visto: unos pequeños pelitos saliendo de las costuras de la alfombra. Detalles invisibles para cualquiera... excepto para quienes buscan la excelencia real.

Los trabajadores comenzaron a quemar, uno por uno, esos hilos microscópicos con encendedores.

Y ese momento me cambió profundamente.

El nivel que exigimos es el nivel que obtenemos

Volví a pensar en mis preguntas iniciales. Y entendí que:

· Un proveedor no mejora si el productor no lo exige.

· Un productor no alcanza excelencia si el público no la demanda.

· Y una región no crece si se conforma con lo "suficientemente bueno".

La calidad no se improvisa.

La calidad se exige, se aprende, se practica y se defiende.

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Si en Baja California queremos elevar la industria cultural, turística y de eventos, debemos atrevernos a pedir más, ofrecer más y prepararnos más. No hay otra vía.

¿Y si tuviéramos una Fórmula 1 en Baja California?

Hace unos días impartí un taller con la Secretaría de Cultura en Tijuana. Pregunté a los asistentes:

"¿Creen que pudiéramos tener una carrera de Fórmula 1 en Baja California?"

Hubo pocas respuestas, pero una se repetía:

"No, porque no tenemos pista."

Mi respuesta fue sencilla:

"Las Vegas tampoco la tenía."

Soñar en grande no es ingenuidad.

Es estrategia.

Es visión.

Es voluntad de romper límites que otros dan por hechos.

Tal vez suene demasiado ambicioso pensar en un evento de esa magnitud para nuestro estado... pero prefiero soñar y empujar mis propios límites antes que conformarme con los que la mente o la sociedad intentan imponernos.

Hoy te invito a hacer lo mismo:

 Supérate.

 Capacítate.

 Exige más de ti y de tu entorno.

 Atrévete a visualizar lo que parece imposible.

Porque, si trabajamos juntos y dejamos de aceptar lo "suficiente", Baja California puede lograr cosas verdaderamente grandiosas.



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