Montesquieu
Un día como hoy 18 de enero, pero de 1689, nace en Francia el gran Charles Louis de Secondat, señor de la Brède y barón de Montesquieu, quien sin que muchos los sepan, es uno de los principales responsables de la forma de gobierno republicano y democrático que tienen la mayoría de los países occidentales modernos, entre los que se encuentra desde luego México.
Conocido simplemente como Montesquieu, fue uno de los principales juristas, filósofo, historiador e intelectual de la Ilustración, cuya obra "El espíritu de las leyes", ha sido una de las contribuciones más trascendentales a la teoría política actual.
Es, como ya dijimos, particularmente reconocido por su teoría de la separación o división de poderes, en ejecutivo, legislativo y judicial, principio político en el cual estos poderes del Estado son ejercidos por órganos de gobierno distintos, autónomos e independientes entre sí, con la intención de lograr un equilibrio en el ejercicio de dicho poder, evitando de tal manera que este sea ejercido en forma absoluta por un solo individuo, como pasaba en las monarquías, en las que el Rey era el Estado, a cuya voluntad y caprichos estaba sometido el pueblo.
Montesquieu argumentaba que "Todo hombre que tiene poder se inclina por abusar del mismo. Para que no se pueda abusar de este, hace falta disponer las cosas de tal forma que el poder detenga al poder".
De modo tal que, se confía la vigilancia de los tres poderes entre ellos mismos, ya que cada uno vigila, controla y detiene los excesos de los otros, para impedir, por propia ambición, que alguno de ellos predomine sobre los demás.
Esta doctrina no se refiere solamente a la separación y al equilibrio de los tres clásicos poderes del Estado, sino a la necesidad de dividir el poder político donde se encuentre, sea en la esfera municipal, regional o nacional, para así garantizar la libertad política y evitar los abusos de poder, mediante la vigilancia y control recíproco de estos.
Las palabras de Montesquieu, dichas hace más de tres siglos, suenan y retumban en la actualidad con mayor fuerza que nunca.
En la imperfección de la naturaleza humana, el medio de control del poder más adecuado y que en el transcurso del tiempo ha demostrado ser el más efectivo en una democracia representativa, sigue siendo el de la división de poderes.
Sin este estaremos, ineludiblemente, destinados a los excesos, injusticias y caprichosos deseos de aquellos que ejercen el poder de forma absoluta, arbitraria e intransigente, provocando finalmente desorden ingobernabilidad y caos, teniendo como principales víctimas a los más desamparados y desprotegidos.
En México, en realidad nunca se ha vivido una democracia representativa como la teorizada por Montesquieu, y quizá nunca se logre pues la naturaleza del ser humano carece de perfección, pero haciendo nuestro mayor esfuerzo, en conjunto, entre todos, es posible llegar a un acercamiento bastante aceptable, en el que poder político, controlado por sí mismo, haga de nuestro país un lugar en el que valga la pena vivir, criar y formar a nuestros hijos, convertirlos en personas de bien que aporten a la sociedad en lugar de restar.
Recordemos pues hoy el nacimiento del grandioso, admirable, excelso y prodigioso Charles Louis de Secondat, señor de la Brède y barón de Montesquieu, pidiendo hoy más que nunca, que su teoría política se vuelva una realidad en todos los países que, de alguna manera han perdido el rumbo, concentrando todo el poder en un solo grupo o persona, lo que solo puede traer desgracia, desolación y desdicha.
Como siempre un placer saludarlo, esperando que estas pocas palabras hayan sido de su agrado y, sobre todo de utilidad ¡Hasta la próxima!